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En lugar de encarar con urgencia la catástrofe económica que vive el país, el régimen cubano ha optado por fortalecer su maquinaria ideológica, anunciando nuevas designaciones en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) con el objetivo declarado de “reforzar la actividad política e ideológica”.
El Buró Político aprobó esta semana el nombramiento de Yuniasky Crespo Baquero como nueva jefa del Departamento Ideológico del PCC, una figura central en la estrategia de propaganda oficial.
La funcionaria sustituye su antiguo puesto al frente del Departamento de Atención al Sector Social y, según la nota publicada por el diario oficialista Granma, su designación responde a la necesidad de “fortalecer” el componente ideológico en medio de la crisis nacional.
Una trayectoria moldeada en el aparato de control político
Yuniasky Crespo, de 48 años, es licenciada en Educación en la especialidad de Marxismo-Leninismo e Historia y ha transitado toda su vida profesional por estructuras de control ideológico: desde la FEU y la UJC, donde llegó a ser primera secretaria, hasta su ascenso por el engranaje del PCC.
Diputada a la Asamblea Nacional, ocupó cargos en el Buró Ejecutivo de La Habana y fue primera secretaria del Partido en Mayabeque durante más de tres años, hasta que fue destituida en mayo de este mismo año.
Crespo no es una figura desconocida: representa el perfil típico de cuadro moldeado dentro del esquema de fidelidad y disciplina política, ajeno a la crítica y desvinculado de cualquier propuesta transformadora que no pase por el dogma del socialismo de Estado.
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Más ideología, menos soluciones
La vacante que deja Crespo en el Departamento de Atención al Sector Social será ocupada por Rolando Ernesto Yero Travieso, un médico internista de 55 años con formación política en la UJC.
También él ha transitado por las estructuras del Partido, especialmente en funciones vinculadas al control de sectores sensibles como salud y ciencia. Hasta ahora se desempeñaba como vicejefe del mismo departamento.
Ambos nombramientos confirman que la prioridad del régimen no es mejorar la gestión económica ni ofrecer respuestas a la creciente precariedad, sino reafirmar el control ideológico como salvavidas político frente al desgaste.
Marrero lo dejó claro: Ideología por encima de la economía
El trasfondo de estos movimientos tiene un marco explícito. En diciembre de 2024, durante una sesión de la Asamblea Nacional, el primer ministro Manuel Marrero dejó claro que el trabajo político-ideológico sería la prioridad del régimen en 2025, por encima de la economía, la producción o la inversión social.
En sus propias palabras, recogidas por el Canal Caribe, Marrero afirmó que la prioridad número uno del país sería “el fortalecimiento del trabajo político-ideológico en todas las estructuras y niveles”, calificándolo de “imprescindible” para la cohesión nacional en un país que, según él, “es agredido y bloqueado”.
Esta narrativa busca justificar la falta de reformas estructurales con el argumento de la “agresión externa”, mientras ignora las exigencias urgentes de una ciudadanía que enfrenta inflación descontrolada, apagones, escasez de alimentos y una emigración masiva sin precedentes.
Un Partido que se atrinchera en el dogma
Con estas designaciones, el Comité Central del PCC da una señal inequívoca: no habrá cambios reales ni apertura.
Se trata de reforzar el aparato doctrinario, blindar el discurso y contener el malestar social a través de más propaganda y más control, en lugar de impulsar soluciones prácticas o cambios en el modelo fallido que ha llevado al país al colapso.
En vez de apostar por tecnócratas capaces de enfrentar los retos económicos o por gestores competentes en áreas clave, el régimen premia la lealtad ideológica, como si el adoctrinamiento bastara para llenar los refrigeradores vacíos o estabilizar la moneda.
Las nuevas designaciones no hacen sino confirmar la falta de voluntad del régimen para asumir responsabilidades reales ante la crisis que ha creado.
Mientras millones de cubanos abandonan el país y otros tantos sobreviven en condiciones límite, el Partido se reorganiza para seguir repitiendo su propio dogma.
La prioridad no es Cuba, es el Partido. Y para él, la ideología sigue siendo más importante que la comida, la salud o el futuro.
Preguntas frecuentes sobre las nuevas designaciones en el Comité Central del PCC en Cuba
¿Por qué el régimen cubano ha decidido fortalecer su maquinaria ideológica en lugar de abordar la crisis económica?
El régimen cubano ha priorizado el fortalecimiento del control ideológico como respuesta a la crisis económica, buscando reafirmar su poder político frente al malestar social. A pesar de la evidente necesidad de reformas económicas, el gobierno ha optado por reforzar la propaganda oficial y el aparato doctrinario, en lugar de implementar soluciones prácticas para mejorar la gestión económica y atender las urgentes necesidades de la población.
¿Quién es Yuniasky Crespo Baquero y qué rol desempeñará en el PCC?
Yuniasky Crespo Baquero es una funcionaria del PCC que ha sido nombrada como la nueva jefa del Departamento Ideológico del Partido Comunista de Cuba. Crespo ha tenido una trayectoria centrada en las estructuras de control ideológico, y su designación responde a la necesidad del régimen de “fortalecer” el componente ideológico en medio de la crisis nacional. Su rol será central en la estrategia de propaganda oficial del PCC.
¿Cómo ha reaccionado la población cubana ante estos cambios en el Comité Central del PCC?
La población cubana ha expresado su descontento y escepticismo ante los cambios en el Comité Central del PCC, ya que los nombramientos recientes no abordan las preocupaciones económicas y sociales urgentes que enfrenta el país. En lugar de ofrecer soluciones reales, el régimen ha optado por reforzar el control ideológico, lo que ha sido percibido como una estrategia para perpetuar su poder sin resolver los problemas estructurales que afectan a los cubanos.
¿Cuál es la posición del régimen cubano frente a la crisis económica actual?
El régimen cubano insiste en que el socialismo es el único camino posible para el país, a pesar de la crisis económica. Las autoridades han reafirmado su compromiso con el trabajo político-ideológico como prioridad, justificando la falta de reformas estructurales con argumentos de “agresión externa” y bloqueos. Esta postura ha sido criticada por no ofrecer soluciones tangibles a la población, que enfrenta una situación de precariedad extrema.
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