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Una vez más, el Gobierno cubano recurre a su fórmula repetida de “ayuda” tras los desastres naturales: anunciar rebajas en los precios de los materiales de construcción y ofrecer créditos bancarios a quienes ya no tienen nada.
Sin embargo, en la práctica, los descuentos no resuelven el verdadero problema: en el país casi no hay materiales disponibles.
Miles de cubanos arrastran todavía las secuelas de huracanes ocurridos hace más de una década, como en la provincia de Santiago de Cuba donde muchos aún no se recuperan del ciclón Sandy (2012), esperando por recursos que nunca llegaron.
Para familias que han perdido su casa y viven con ingresos que apenas alcanzan para comer, pensar en reconstruir resulta un lujo imposible.
La medida fue publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, Edición Extraordinaria No. 65, mediante el Acuerdo 10247 del Consejo de Ministros, con fecha del 31 de octubre de 2025.
El texto, firmado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, dispone que el Presupuesto del Estado financiará el cincuenta por ciento de los precios de venta de los materiales de construcción para las familias cuyas viviendas sufrieron daños totales o parciales tras el paso del huracán Melissa por Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas.
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El acuerdo también autoriza a los damnificados con menos recursos a solicitar créditos bancarios, subsidios o asistencia social para la compra de los materiales.
Además, el Estado se compromete a cubrir la diferencia en la tasa de interés de los préstamos concedidos para labores constructivas, según el mismo documento.
Sin embargo, más allá de la retórica oficial, el esquema reproduce la misma política que durante décadas ha mostrado su ineficacia.
En las provincias orientales, los testimonios son similares: los puntos de venta de venta estatales están vacíos, las listas de espera se alargan y los trámites burocráticos impiden acceder a la ayuda.
El huracán Melissa tocó tierra en Cuba el 29 de octubre de 2025, con vientos de hasta 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que provocaron graves inundaciones y derrumbes en más de 16,000 viviendas, según datos oficiales.
La catástrofe volvió a poner en evidencia la precariedad de las construcciones en la Isla y la falta de preparación del Estado para enfrentar emergencias.
El Gobierno insiste en presentar su decisión como una muestra de “protección económica y social”, pero la realidad desmiente el discurso.
Las familias más afectadas son precisamente las que menos recursos tienen para pagar siquiera el 50% restante del costo de los materiales.
Y en un país donde el salario promedio no cubre la canasta básica, los créditos bancarios no son una solución, sino otra carga.
Mientras el régimen presume de su “carácter socialista y solidario”, la vida cotidiana de miles de damnificados sigue marcada por la pobreza, el desamparo y la falta de transparencia institucional. En los municipios más golpeados, el sentimiento general es de abandono y cansancio.
El Acuerdo 10247 ordena además a los ministerios de Finanzas y Precios y de Comercio Interior establecer mecanismos de control y distribución, así como otorgar bonificaciones adicionales en servicios y productos para los damnificados.
Como en anteriores tragedias naturales, el régimen cubano opta por medidas parciales que no atienden las causas de fondo: una economía quebrada, una industria de materiales paralizada y una población que, tras cada huracán, vuelve a empezar desde cero sin apoyo real.
Preguntas frecuentes sobre la ayuda del régimen cubano tras el huracán Melissa
¿Qué tipo de ayuda ofrece el régimen cubano a los damnificados por el huracán Melissa?
El régimen cubano ha anunciado que el Estado financiará el cincuenta por ciento de los precios de venta de los materiales de construcción para las familias cuyas viviendas sufrieron daños totales o parciales por el huracán Melissa. Los damnificados también podrán solicitar créditos bancarios, subsidios o asistencia social para la compra de materiales. Sin embargo, la falta de disponibilidad de estos materiales y la carga económica que supone para las familias pagar el resto del costo hacen que esta medida sea insuficiente.
¿Cómo afecta la falta de transparencia del gobierno cubano a la gestión de donaciones?
La falta de transparencia en la gestión de donaciones por parte del régimen cubano genera desconfianza en la población. Muchos ciudadanos prefieren que la ayuda llegue directamente al pueblo, temiendo que las donaciones se desvíen o se vendan. Para mejorar esta situación, se sugiere la creación de comisiones mixtas de estado y sociedad civil que supervisen la distribución de recursos y la publicación de informes detallados sobre el uso de fondos.
¿Cómo ha reaccionado el gobierno cubano ante la oferta de ayuda humanitaria de Estados Unidos?
El gobierno cubano ha mostrado reticencia ante la oferta de ayuda humanitaria de Estados Unidos, calificándola como "limosnas". La postura del régimen refleja su tradicional desconfianza hacia gestos de cooperación estadounidense, priorizando la retórica política sobre el bienestar de la población afectada. Esta actitud ha sido criticada tanto dentro como fuera de la isla, dado que podría privar a miles de damnificados de recibir asistencia necesaria.
¿Cuál es la situación en las provincias orientales de Cuba tras el huracán Melissa?
Las provincias orientales de Cuba, como Santiago de Cuba, Holguín y Guantánamo, sufren graves afectaciones tras el paso del huracán Melissa. Los residentes enfrentan cortes eléctricos, escasez de alimentos y deterioro de infraestructuras, junto con un sentimiento de abandono por parte del Estado. La situación es crítica, y la falta de respuestas eficaces por parte del gobierno cubano ha llevado a protestas y manifestaciones de descontento.
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