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Usuarios en redes sociales reaccionaron con duras críticas, burlas y expresiones de cansancio ante la reunión encabezada por Miguel Díaz-Canel para “chequear” los servicios vitales en La Habana, mientras la capital enfrenta una severa crisis de basura, dengue y chikungunya.
Las publicaciones de Tribuna de La Habana, la Agencia Cubana de Noticias (ACN) y otros medios oficialistas sobre la más reciente reunión de chequeo encabezada por el gobernante Miguel Díaz-Canel generaron una avalancha de comentarios de indignación entre los cubanos, que cuestionaron la falta de resultados y el constante “reunionismo” de las autoridades.
La cita, celebrada en el Palacio de las Convenciones, abordó temas como la recogida de desechos sólidos, la higiene urbana y la situación epidemiológica en la capital. Según los reportes oficiales, “se conoció del avance en asuntos cruciales, mientras otras tareas están pendientes”, y el presidente instó a “hacer más con lo que se tiene”.
Sin embargo, las reacciones de los usuarios reflejaron el descontento generalizado por la falta de soluciones concretas. En los comentarios de las publicaciones oficiales, numerosos usuarios cuestionaron que los problemas se repiten sin avances visibles: “Lo mismo con lo mismo”, “Tanta gente ahí para que el país siga en ruinas” o “Llevan 66 años reunidos sin resolver nada”, fueron algunas de las respuestas más recurrentes.
Otros internautas ironizaron sobre el gasto de recursos en reuniones que, según afirmaron, no generan cambios reales: “Reuniones, merienda, aire acondicionado y luces encendidas, mientras al pueblo le cortan la electricidad”.
También hubo llamados urgentes a la acción frente al deterioro sanitario: “Fumiguen, por favor, en todas las casas hay enfermos”, escribió una persona, mientras otra denunció que “antes se fumigaba tres días seguidos una manzana, ahora ni aparecen”.
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Las críticas no solo apuntaron a la ineficiencia en el manejo de la basura y las enfermedades, sino también al discurso oficial. “Todo es mentira, en Regla fumigaron hace quince días una sola vez y más nada”, escribió otra persona, en referencia a los reportes televisivos sobre supuestas fumigaciones regulares.
Las publicaciones en Facebook de ACN y Tribuna se llenaron de expresiones de frustración, desconfianza y cansancio: “En Cuba hay que hacer una reunión de Estado hasta para recoger la basura”, “El país está lleno de mosquitos, basura y enfermedades, pero ellos siguen hablando” o “Nos estamos muriendo y no pasa nada”.
Crisis sanitaria y abandono institucional
Las reacciones en redes se producen en medio de una situación crítica en la capital. Montañas de basura permanecen durante días en las calles de numerosos municipios, agravando los brotes de dengue y chikungunya. Vecinos denuncian que la fumigación es irregular o inexistente, mientras se multiplican los reportes de personas enfermas y de comunidades sumidas en la insalubridad.
En los últimos días, diversos videos difundidos en redes han mostrado la gravedad de la crisis sanitaria que enfrenta La Habana, donde montañas de basura se acumulan durante días y ciudadanos denuncian abandono institucional y riesgo de epidemias.
A la crisis ambiental se suma el malestar por la falta de transparencia de las autoridades sanitarias. La activista Yamilka Lafita Cancio, conocida como Lara Crofs, dirigió una carta abierta a Díaz-Canel y al ministro de Salud para exigir explicaciones ante el aumento de casos de chikungunya, advirtiendo que “la enfermedad se sale de control y el Gobierno no da respuestas”.
En paralelo, el descontento ciudadano se ha agudizado por episodios recientes protagonizados por el mandatario. Durante una visita a Santiago de Cuba, Díaz-Canel respondió a una damnificada que perdió su cama tras el paso del huracán Melissa: “Yo tampoco tengo para dártela ahora”, lo que desató críticas por su falta de empatía.
Días antes, sus palabras durante un acto en el Palacio de la Revolución también generaron polémica. En aquella ocasión, el gobernante afirmó que “los principios no son negociables”, lo que provocó una ola de reacciones en redes donde muchos le recordaron que “los principios no se comen” y que la población vive entre hambre y carencias.
Mientras las autoridades aseguran que “con lo que se tiene puede hacerse mucho más”, las imágenes de basura, enfermedad y desatención en barrios de La Habana contrastan con el discurso oficial sobre avances.
El sentimiento predominante entre los cubanos, a juzgar por la respuesta digital, es de agotamiento y falta de esperanza ante un gobierno que parece reunir más de lo que actúa.
Preguntas frecuentes sobre la gestión del gobierno cubano y la crisis en La Habana
¿Cuál es la principal crítica hacia las reuniones del gobierno cubano?
La principal crítica es la falta de resultados concretos. Las reuniones, como la encabezada por Miguel Díaz-Canel para chequear servicios en La Habana, son percibidas como un gasto de recursos que no generan cambios reales en la crisis de basura, dengue y chikungunya que enfrenta la capital cubana.
¿Cómo ha afectado la crisis de basura en La Habana a la salud pública?
La crisis de basura ha agravado los brotes de enfermedades como el dengue y el chikungunya. La acumulación de desechos y la falta de fumigación han incrementado el riesgo de epidemias en la capital cubana, lo que ha generado un colapso sanitario y una creciente insalubridad en los barrios.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno cubano para resolver la crisis de residuos en La Habana?
El gobierno ha llevado a cabo operativos puntuales de limpieza que no han sido sostenibles. La falta de un plan estructural para la gestión de residuos y la dependencia de campañas de saneamiento con participación ciudadana han sido insuficientes para resolver el problema de acumulación de basura en la ciudad.
¿Qué opinan los ciudadanos sobre la gestión de la crisis por parte del gobierno cubano?
Los ciudadanos expresan un sentimiento generalizado de frustración y desconfianza hacia el gobierno. Muchos consideran que las autoridades no han sido efectivas en la gestión de la crisis y critican la falta de soluciones concretas, así como las declaraciones oficiales que minimizan la gravedad de la situación.
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