El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, respondió con contundencia a quienes cuestionan la existencia de pruebas sobre el carácter criminal del régimen venezolano, recordando que Nicolás Maduro fue acusado formalmente por un gran jurado federal en Nueva York por delitos de narcoterrorismo y tráfico internacional de drogas.
“Maduro está involucrado en el negocio de las drogas. Y no lo digo yo, no me lo estoy inventando. Fue acusado por un gran jurado del Distrito Sur de Nueva York en 2020, un proceso indiscutido hasta que el presidente Trump decidió actuar”, afirmó Rubio en una reciente entrevista con Sean Hannity, de Fox News.
El jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que los intentos de algunos sectores de la izquierda de “negar lo evidente” resultan insostenibles. “Tenemos una acusación formal, no política, sino judicial. Es un documento federal, con cargos probados y una recompensa de 50 millones de dólares por su captura”, recordó Rubio.
Una imputación que trasciende fronteras
La acusación a la que aludió el secretario de Estado fue presentada en marzo de 2020 por la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, según recordó recientemente The New York Times.
El documento de 28 páginas describe a Maduro como el jefe del “Cártel de los Soles”, una red de funcionarios militares y políticos que durante dos décadas habría permitido el tránsito de toneladas de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos.
El acta de acusación sostiene que el cártel, bajo la supervisión de Maduro, “dio prioridad al uso de la cocaína como arma contra Estados Unidos”, en colaboración con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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Rubio enfatizó que las acciones de Washington no son arbitrarias, sino parte de una operación antinarcóticos hemisférica. “Maduro teme la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe porque sabe que lo implica directamente. Venezuela no es un Estado legítimo, es una organización de transbordo del narcotráfico”, sostuvo.
El “fugitivo de la justicia estadounidense”
El Times recordó que los cargos contra Maduro incluyen conspiración para narcoterrorismo, importación de cocaína y posesión de armas de guerra, delitos que podrían acarrearle cadena perpetua.
En ese sentido, Rubio lo definió como “un fugitivo de la justicia estadounidense”, lo que marca un punto de no retorno en la relación bilateral.
En el marco de la actual crisis regional, el secretario de Estado vinculó la ofensiva diplomática y militar de Washington con la necesidad de frenar lo que calificó como “una narcodictadura que ha convertido a Venezuela en la base operativa de Irán y de organizaciones terroristas en el continente”.
La declaración de Rubio, emitida en plena escalada de tensiones y mientras la Casa Blanca estudia nuevas acciones contra Caracas, dejó claro que el gobierno de Trump no solo considera a Maduro un dictador, sino un delincuente internacional condenado por la justicia de Estados Unidos.
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