“El que abra una cuenta en dólares, que se despida del dinero”: Reacciones al nuevo sistema del régimen cubano



El nuevo sistema cubano para gestionar divisas genera desconfianza y escepticismo. Cubanos temen que, como en el pasado, el gobierno controle y se apropie de los dólares, perpetuando la precariedad económica.

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El anuncio del nuevo sistema estatal para gestionar, controlar y asignar divisas dentro de Cuba desató una ola inmediata de incredulidad, molestia y burlas entre la población.

La medida, que legaliza las transacciones internas en dólares y abre la puerta a una dolarización parcial del país, fue presentada por el gobierno como un mecanismo “transitorio” para ordenar la economía; sin embargo, para muchos cubanos representa otro giro brusco en un modelo que desde hace años opera entre improvisaciones, restricciones y desconfianza hacia el propio Estado que administra las cuentas bancarias.

Apenas se publicó el Decreto-Ley 113/2025 y sus resoluciones complementarias, las redes se llenaron de una mezcla de sarcasmo, escepticismo y advertencias.

En el Facebook de CiberCuba, un usuario resumió el sentir general con una frase que se viralizó: “El que abra una cuenta en dólares, que se despida del dinero”, recordando lo ocurrido con los antiguos CUC y con los fondos en CUP que hoy muchos cubanos no pueden extraer completamente de los bancos.

Otros comentarios oscilaron entre la burla y el miedo. “Si pago con un billete de $100 y la compra es de $23.75, ¿me darían el vuelto en qué moneda?”, ironizó un lector. Mientras otro respondía que, ante este nuevo experimento, “debajo del colchón corre menos peligro” que en los bancos estatales.

Entre el humor amargo y la indignación, muchos recordaron lo que consideran un patrón histórico: permitir el dólar, penalizarlo, necesitarlo nuevamente, volver a habilitarlo y, cuando las arcas del Estado están llenas, prohibirlo otra vez.


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“Lo ponen, lo quitan, lo vuelven a poner… y así sucesivamente”, escribió un usuario, mientras otro advertía: “Cuando se llenen las arcas del banco, vuelven a prohibir la circulación”.

La desconfianza hacia el sistema bancario fue uno de los temas más repetidos. “Debe faltarle un tornillo al que se le ocurra hacer una cuenta en dólares en el banco”, opinó una lectora, recordando que ni siquiera el CUP puede retirarse libremente según las necesidades de la población.

La sospecha de que el gobierno busca identificar y eventualmente apropiarse de los dólares que entren al sistema fue recurrente: “Eso es para que entre el dinero y después volver a implementar medidas para quedarse con él o incautarlo… como siempre hacen”, escribió otro usuario.

Entre las reacciones más críticas apareció el cuestionamiento al doble rasero oficial: “Y en Cuba se paga en dólares… qué descaro. Hacen todo a su conveniencia, ¿y dónde queda el pueblo?”; mientras otros lectores señalaron la contradicción entre el discurso antiimperialista y la dependencia explícita del billete verde: “El dinero del imperio… cómo les gusta”.

En Cubadebate, un espacio alineado con el discurso oficial, las dudas tampoco tardaron en surgir. “¿Van a vender el dólar de manera legal? ¿Qué dólar van a controlar? Nadie puede decidir por un dinero que no tiene”, cuestionó un lector, apuntando a la ausencia de un mercado cambiario real. Otros, más escépticos, advirtieron que mientras persista la improvisación, “mientras más implementan, más desorden generan”.

Hubo también quienes recordaron épocas pasadas para dimensionar el deterioro: “Cuando yo era niña, un dólar y un peso cubano tenían el mismo valor”, escribió una mujer. Otra, aún mayor, añadió: “Con el peso cubano podías ir a Estados Unidos. Ahí puedes imaginar cuán productivo era el país”.

Entre la frustración y el humor negro, el trasfondo es el mismo: un pueblo exhausto frente a decisiones económicas que parecen reciclarse sin solucionar lo esencial. “Nada de lo que hagan funcionará si no producen, si no hay fábricas, si no hay electricidad, si no hay infraestructura. Pueden autorizar que se pague en chapas de botella y el país seguirá igual”, reflexionó un usuario.

Otros fueron más directos: “¿Algún beneficio para el pueblo?”, preguntó un lector. La interrogante quedó sin respuesta.

Para muchos cubanos, el nuevo sistema no es más que la institucionalización de una desigualdad que ya existe, con una economía fragmentada donde solo quienes acceden al dólar pueden vivir mínimamente conectados con el mercado real, mientras el resto queda atrapado en un CUP cada vez más devaluado.

Las autoridades insisten en que se trata de una medida temporal destinada a “proteger los intereses nacionales”. Pero para los cubanos dentro y fuera de la isla, la sensación dominante es la de estar presenciando el inicio de un nuevo capítulo de la larga serie económica de Cuba, donde las reglas cambian, pero la precariedad permanece.

Preguntas Frecuentes sobre el Nuevo Sistema de Divisas en Cuba

¿Qué implica el nuevo sistema de divisas en Cuba?

El nuevo sistema de divisas en Cuba, establecido por el Decreto-Ley 113/2025, permite el uso legal de dólares y otras monedas extranjeras dentro del país. Aunque se presenta como una medida temporal, su estructura sugiere una reconfiguración duradera del sistema monetario cubano. Esto representa una dolarización parcial, donde el acceso al dólar se convierte en un privilegio regulado por las autoridades.

¿Cómo afecta este sistema a los ciudadanos cubanos?

El sistema aumenta la desigualdad económica, ya que solo aquellos con acceso a dólares pueden operar con flexibilidad en el mercado. Los cubanos que dependen del peso cubano (CUP) enfrentan una moneda devaluada que limita su poder adquisitivo. Además, la desconfianza hacia el sistema bancario estatal persiste, ya que muchos temen que el gobierno pueda confiscar las divisas depositadas.

¿Qué es la Asignación de Capacidad de Acceso a la Divisa (ACAD)?

La ACAD es un mecanismo que permite a empresas y personas autorizadas comprar divisas al Estado usando pesos cubanos. Este sistema, controlado ministerialmente, es temporal e intransferible, y sustituye las cuentas con capacidad de liquidez (CL). Su creación busca racionar la moneda dura bajo un control centralizado.

¿Cuál es la postura de los ciudadanos respecto a esta medida?

La reacción ha sido de incredulidad, molestia y desconfianza. Muchos cubanos temen que el gobierno pueda apropiarse de los dólares ingresados al sistema, recordando experiencias pasadas donde el acceso a divisas fue restringido después de haber sido permitido. La medida es vista como un nuevo experimento económico que no soluciona los problemas estructurales del país.

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Redacción de CiberCuba

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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un editor antes de su publicación.




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