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Una imagen captada por el satélite Sentinel 2 confirmó que el portaaviones USS Gerald R. Ford modificó su área de operaciones y se internó en el Caribe central, en una posición más cercana a Venezuela que en días previos.
Los registros satelitales obtenidos este viernes 12 de diciembre situaron al mayor portaaviones nuclear de Estados Unidos a unas 380 millas (unos 611 kilómetros) al sur-suroeste de la ciudad de Ponce, en Puerto Rico, marcando su desplazamiento más austral desde que ingresó al teatro de operaciones caribeño, reportó el portal digital La Patilla.
El hallazgo fue reportado por el analista de inteligencia de fuentes abiertas identificado como @MT_Anderson, quien subrayó que se trata de la ubicación más meridional detectada hasta el momento para el USS Gerald R. Ford dentro de la cuenca del Caribe.
La imagen también permitió identificar al menos un destructor de la clase Arleigh Burke navegando junto al CVN-78, aunque la densa nubosidad impidió precisar la composición completa del grupo de escolta que acompaña al portaaviones.
El reposicionamiento del grupo de ataque colocó a la flota estadounidense directamente en el Caribe central, lo cual reduce de forma significativa los tiempos de vuelo hacia la costa norte de Sudamérica y amplía su radio operativo.
Este movimiento coincidió con reportes previos de cazas F/A-18E Super Hornet operando al norte de las islas ABC, una circunstancia que refuerza la capacidad de proyección aérea del portaaviones desde su nueva ubicación, más próxima a los límites marítimos de Venezuela.
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En medio de la escalada de tensiones entre Caracas y Washington, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, lanzó este viernes una advertencia directa a Estados Unidos, tras el sobrevuelo de aviones militares norteamericanos cerca del estado Zulia.
“No se equivoquen, sabemos defender el espacio aéreo venezolano”, asegurando que las Fuerzas Armadas Bolivarianas están listas para responder ante lo que calificó como “provocaciones del Pentágono”, afirmó Padrino durante un acto castrense transmitido por la televisión estatal.
También este viernes se supo que la ofensiva de Estados Unidos contra la industria petrolera venezolana entró en una fase más agresiva, mientras planea confiscar más embarcaciones como parte de una campaña para desestabilizar financieramente al gobierno de Maduro.
Según el diario The Wall Street Journal, citado por el portal de noticias Infobae, este golpe afecta más profundamente al chavismo que los ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico, pues pone en riesgo el flujo petrolero del que depende la supervivencia del gobierno.
La incautación de un gigantesco petrolero cargado de crudo venezolano frente a las costas de Venezuela se ha convertido en el episodio más simbólico hasta ahora del pulso entre Washington, Caracas y La Habana.
La operación, presentada por el presidente Donald Trump como la captura “del petrolero más grande jamás incautado” por Estados Unidos, combina mensaje militar, golpe económico y advertencia directa a la red de buques que sostiene el flujo de petróleo sancionado hacia Cuba y otros destinos.
Desde el 2 de septiembre de 2025, Estados Unidos ha intensificado una ofensiva militar en el Caribe y el Pacífico oriental, con el alegado objetivo de combatir el narcotráfico y el "narcoterrorismo".
La llamada operación "Lanza del Sur" ha intensificado la presión sobre Caracas con un cerco naval y operaciones aéreas diarias para interceptar embarcaciones vinculadas supuestamente con estupefacientes.
Sin embargo, el gobierno de Maduro, algunos de cuyos funcionarios son señalados por Washington de tener presuntos vínculos con el tráfico de drogas, interpreta este despliegue como un intento de propiciar un cambio de régimen en Venezuela.
Estos ataques han resultado en la destrucción de 23 botes y la muerte de 87 personas, en una serie de operativos que han generado críticas por la falta de pruebas públicas verificables y el uso de fuerza militar en escenarios sin declaración formal de guerra.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha calificado las acciones como "violaciones del derecho internacional" y ha exigido el cese de las ejecuciones extrajudiciales en el mar.
Además, legisladores y organizaciones de derechos humanos en Estados Unidos han cuestionado la legalidad de las operaciones, realizadas sin supervisión judicial y fuera del territorio estadounidense.
Preguntas frecuentes sobre la presencia del USS Gerald R. Ford en el Caribe y las tensiones con Venezuela
¿Por qué el USS Gerald R. Ford se encuentra en el Caribe central?
El USS Gerald R. Ford ha sido desplegado en el Caribe central como parte de una ofensiva militar de Estados Unidos contra el narcotráfico y las organizaciones criminales transnacionales. Este movimiento responde a una directiva del presidente Donald Trump para intensificar la lucha contra el narcoterrorismo y reforzar la seguridad del hemisferio occidental. El portaaviones se encuentra bajo las órdenes del Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM).
¿Cuál es la posición de Venezuela respecto al despliegue del portaaviones estadounidense?
El gobierno de Venezuela, liderado por Nicolás Maduro, ha interpretado el despliegue del USS Gerald R. Ford como una amenaza y un intento de propiciar un cambio de régimen. El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, ha advertido a Estados Unidos sobre las "provocaciones" y ha asegurado que están listos para defender el espacio aéreo venezolano.
¿Qué operaciones está realizando el USS Gerald R. Ford en el Caribe?
El USS Gerald R. Ford ha intensificado operaciones aéreas y navales en el Caribe como parte de la operación "Lanza del Sur". Estas actividades están enfocadas en detectar, monitorear e interrumpir actividades ilícitas, principalmente el narcotráfico, que afectan la estabilidad de la región. El portaaviones está acompañado por destructores y aviones de combate para realizar estas tareas.
¿Cómo ha reaccionado la comunidad internacional ante el despliegue militar en el Caribe?
La comunidad internacional ha expresado preocupación por la escalada de tensiones en la región. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha calificado las acciones de Estados Unidos como "violaciones del derecho internacional" y ha exigido el cese de las ejecuciones extrajudiciales en el mar. Además, legisladores y organizaciones de derechos humanos en Estados Unidos han cuestionado la legalidad de las operaciones militares.
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