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El huracán Melissa dejó un saldo devastador en el oriente de Cuba, con más de 116 mil viviendas dañadas y miles de familias aún esperando ayuda, según datos oficiales presentados durante el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista.
Sin embargo, el informe resumió la tragedia en apenas una frase: “En cuanto a las viviendas, se reportan 116,100 afectadas…”.
La cifra, aunque alta, es vista con suspicacia por los propios cubanos, acostumbrados a la falta de transparencia en los informes oficiales.
Durante la reunión, el mandatario Miguel Díaz-Canel destacó la “disciplina del pueblo” y la “entrega” de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior en las tareas de evacuación.
“Hubo gente que se jugó la vida para salvar la de otros”, afirmó, insistiendo en que no se perdieron vidas humanas gracias a la organización del Estado.
Sin embargo, en las provincias más golpeadas —Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Guantánamo— las familias afectadas viven una realidad muy distinta.
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La recuperación avanza lentamente y Santiago de Cuba sigue siendo la única provincia que no ha entrado en fase de normalidad.
Según Beatriz Johnson Urrutia, presidenta del Consejo de Defensa Provincial en Santiago de Cuba, más de 93 mil viviendas resultaron afectadas solo en ese territorio, además de daños severos en los viales, redes eléctricas, telecomunicaciones y cultivos agrícolas.
La funcionaria reconoció que, a más de 40 días del paso del huracán, la provincia aún no logra restablecer el 100% del servicio eléctrico, especialmente en zonas montañosas como el municipio Tercer Frente, donde el restablecimiento alcanza apenas el 81 %.
“Estamos trabajando con apoyo de brigadas de otros territorios, pero las condiciones del terreno hacen lento el avance. Calculamos una semana más de trabajo”, explicó el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy.
En total, el informe de la Defensa Civil reportó que 2 760 personas continúan asistidas y que 227 efectivos de las Fuerzas Armadas permanecen desplegados en la recuperación. También se informó que los sistemas vitales están restablecidos al 95 % y que el abasto de agua alcanza el 96 %.
El propio informe reconoció que la falta de mantenimiento en las obras de fábrica ha agravado los daños en las viviendas e infraestructuras, generando una alta vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos.
Esta admisión contrasta con el tono triunfalista de las intervenciones oficiales, que centraron su discurso en “la fortaleza del sistema” y “la entrega de las masas”.
Entre las fortalezas mencionadas por el Partido, se destacó la “presencia constante” del presidente Díaz-Canel en las zonas afectadas, así como el envío de dirigentes nacionales para apoyar las tareas de los consejos de defensa.
En barrios como Guamá, Palma Soriano, Contramaestre y Santiago de Cuba, los damnificados continúan viviendo entre escombros, techos improvisados y escasez de materiales de construcción.
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