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El editorial publicado por el diario Granma bajo el título «Cada día de la Revolución es una victoria» desató una ola de reacciones en redes sociales, donde cientos de cubanos expresaron cansancio, ironía y frustración ante la narrativa oficialista.
El texto, difundido en la página de Facebook del medio oficial, retomaba las palabras de Miguel Díaz-Canel durante el XI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), cuando afirmó que “cada día de la Revolución es una victoria”. En tono triunfalista, el editorial convocaba a “librar la batalla económica e ideológica” rumbo a 2026, “año en que celebraremos el centenario del Comandante en Jefe”, y defendía la idea de una “resistencia creativa” del pueblo.
Pero la publicación provocó una respuesta abrumadora. Cientos de usuarios cuestionaron el triunfalismo y contrastaron el mensaje con la realidad del país, marcada por apagones, inflación, escasez y deterioro de los servicios básicos. “Ninguna ideología vale más que un ser humano. Gobernar no es exigir resistencia eterna, es garantizar dignidad”, escribió una persona, en una de las respuestas más compartidas.
La mayoría de los comentarios coincidió en señalar la desconexión entre el discurso oficial y la vida cotidiana. “Cada día de Revolución será de victoria para ustedes, que no padecen el hambre ni los apagones; para los míos es uno más de crisis, agotamiento y dolor”, escribió otro usuario. Otro resumió: “Si tener a un pueblo en la miseria más absoluta es una victoria, entonces sí, cada día la Revolución es una victoria.”
Entre los mensajes más críticos, varios denunciaron los privilegios de la élite dirigente frente a la pobreza de la mayoría. “Ustedes viven como ricos; el pueblo muere por egoísmo”, apuntó uno. Otro ironizó: “Cada día que pasa tienen que dar gracias por estar en el poder y no estar presos.”
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También aparecieron análisis más amplios sobre la gestión del Partido y las promesas incumplidas de los últimos años. “Desde 2011 hasta hoy las promesas se repiten y los resultados empeoran. No es falta de diagnóstico ni de sacrificio del pueblo. Es falta de voluntad de cambiar el sistema”, señalaba un comentario extenso que acumuló decenas de apoyos. Otro añadía: “Las promesas de los congresos del Partido han sido siempre las mismas: producir más, corregir distorsiones, perfeccionar el modelo. Pero lo único que se perfecciona es la escasez.”
La ironía también tuvo un papel protagónico. “Cada día de la Revolución es una victoria… ¿pero victoria sobre qué exactamente y con qué marcador?”, preguntaba un internauta. Otro escribió: “Si esto es una racha ganadora, la tabla de posiciones lleva años sin actualizarse.”
Hubo quienes usaron el humor como forma de protesta. “Esto es Granma o el tabloide humorístico Palante?”, comentó uno, mientras otro resumía: “Pacientes psiquiátricos dirigiendo un país.” Un tercer usuario añadió: “¿Qué fuman esta gente? Cada día una victoria… pueden enumerar alguna?”
Otros mensajes, más reflexivos, cuestionaron la distancia entre la retórica revolucionaria y los valores que dice defender. “Una Revolución que no pone la vida en el centro deja de ser Revolución. Lo que para el poder es triunfo, para el pueblo es sacrificio impuesto”, expresó un comentario. Otro apuntó: “Nos hablan de unidad, pero las políticas del Estado nos han dividido en clases, monedas y zonas eléctricas. No puede haber unidad donde no hay igualdad.”
Incluso se retomó otra frase reciente del mandatario —“Aquí no se va a rendir nadie”— para enfatizar la distancia entre las consignas y la realidad. “El país se hunde y ustedes siguen hablando de resistencia”, escribió una persona. “Avanzamos hacia la edad de piedra”, ironizó otra. “Cada año avanzamos más hacia la miseria”, añadió un tercero.
Las respuestas convirtieron la publicación de Granma en un espacio de catarsis colectiva donde el malestar ciudadano se expresó sin filtros. Desde la indignación hasta el sarcasmo, los mensajes reflejaron un punto común: el contraste entre la retórica de victorias y la vida cotidiana de un pueblo agotado por la precariedad, los apagones y la falta de esperanza.
Mientras el discurso oficial insiste en la resistencia y la dignidad frente al enemigo externo, la conversación digital muestra un país cansado de consignas y cada vez más dispuesto a cuestionar abiertamente el relato del poder. El creciente rechazo a la narrativa oficial evidencia un país donde el relato de victorias ya no convence a un pueblo agotado por la crisis.
Preguntas frecuentes sobre la situación política y social en Cuba
¿Por qué el discurso oficial cubano genera tanto rechazo en la población?
El discurso oficial cubano es percibido como desconectado de la realidad, ya que mientras el gobierno proclama victorias diarias y resistencia ante enemigos externos, la población enfrenta apagones, escasez de alimentos y servicios básicos deteriorados. Las críticas se centran en que las consignas de dignidad y resistencia no resuelven las necesidades básicas de los cubanos.
¿Cuál es la reacción de los cubanos ante las afirmaciones de Díaz-Canel sobre victorias diarias?
Las declaraciones de Díaz-Canel sobre "victorias diarias" han generado una fuerte reacción de rechazo en las redes sociales. Los cubanos critican que tales afirmaciones ignoran la crisis económica y social que vive el país, caracterizada por la falta de electricidad, alimentos y medicamentos. Muchos comentarios reflejan ironía y frustración al contrastar el discurso triunfalista con sus penurias cotidianas.
¿Cómo impacta la narrativa del enemigo externo en la situación actual de Cuba?
La narrativa del enemigo externo es utilizada por el gobierno cubano para justificar las dificultades internas, pero muchos ciudadanos la rechazan. Afirman que problemas como la escasez de alimentos y apagones no son causados exclusivamente por factores externos y que el gobierno debería asumir más responsabilidad en la gestión interna. La población pide soluciones concretas a sus problemas inmediatos.
¿Qué papel juega el humor y la ironía en las críticas al gobierno cubano?
El humor y la ironía son herramientas habituales de los cubanos para expresar su descontento con el gobierno. En las redes sociales, el sarcasmo se utiliza para resaltar las contradicciones entre el discurso oficial y la realidad vivida. Este enfoque permite a los ciudadanos criticar el régimen de manera indirecta y creativa, a menudo burlándose de las promesas incumplidas y la falta de resultados del gobierno.
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