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Vecina del Vedado se queja de actitud de las autoridades ante situación de su vivienda: "Estoy cansada de que me mientan"

“Contrarrevolución es tenernos durmiendo en colchones llenos de agua salada y fango desde que pasó Irma”, afirma la mujer.


Este artículo es de hace 4 años

Bárbara, una vecina del Vedado, ha contado a CiberCuba que está viviendo una situación desesperante porque su casa fue una de las tantas que afectó el huracán Irma, hace ya más de dos años, y de las autoridades en varias oportunidades ha pedido respuestas, ayudas, entrevistas y lo único que ha recibido son promesas incumplidas.

Residente en calle K, entre 9 y 11, las paredes de su hogar muestran grietas y humedad porque el mar penetró y devoró todo lo que encontró a su paso.

Cuando se enteraron de que haría la denuncia a CiberCuba, la visitaron y le acusaron de hacer contrarrevolución.

“Contrarrevolución es tenernos durmiendo en colchones llenos de agua salada y fango desde que pasó Irma”, concluye la mujer.

Cuenta que en esa casa nació y que allí ha estado toda su vida, pero ante la situación de la vivienda ha decidido no permanecer más en el sitio hasta tanto las autoridades no le den una respuesta, pero no cualquiera para resolver de manera superficial, sino una que solucione su problema de una vez y por todas.

“Esto no lo van a demoler hasta que yo no tenga algo en mis manos”, dice desafiante ante el temor de que las autoridades de La Habana le engañen con una vivienda que hasta ahora no ha visto llegar.

En varias oportunidades han ido al sitio funcionarios para realizar mediciones y hablar de proyectos de construcción de un supuesto edificio en un espacio disponible justo al lado de su vivienda.

“Ojalá me den una galleta y sea verdad”, dice con escepticismo, mientras enseña lo que va quedando de su casa, carcomida por el paso de los años.

Por falta de mantenimiento no ha sido, porque cuenta que en cuatro oportunidades ha reparado la casa, con el apoyo de familiares que viven hoy en Estados Unidos, pero que ha desistido de la idea de hacerlo nuevamente porque cada vez que al mar se le antoja, entra y destruye lo que implica tanto sacrificio.

“Yo quisiera que las personas que deben estar a cargo de este problema se pongan en el lugar de uno por un momento”, se lamenta mientras cuestiona la labor de aquellos directivos y funcionarios públicos que dan la espalda a casos como el de ella que no saben ya qué puerta tocar.

Junto al resto de los vecinos, Bárbara se siente desatendida. Sabe que su caso no es tan mediático como el de aquellas personas que fueron afectadas a principios de este año por un tornado en la capital y que también lo perdieron todo, algo que ella ha vivido en carne propia.

“¿Por qué la prontitud para resolver los problemas del tornado?”, se pregunta, y aunque sabe que es triste la situación que vivieron esas personas, también cree que casos como el suyo necesitan atención.

“Estoy cansada de que me mientan, que me engañen”, dice.

Añora, sin esperanzas, que la situación cambie algún día. Mientras tanto seguirá exigiendo ayuda, usando todos los medios a su alcance para que las goteras, la humedad y los muros a punto de caerse, dejen de ser el día a día de su existencia.

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Lázaro Javier Chirino

Periodista de CiberCuba. Licenciado en Estudios Socioculturales por Universidad de la Isla de la Juventud. Presentador y periodista en radio y televisión


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