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“La constitución posibilita que el Partido se acomode en el poder porque no tiene competencia"

“Un sistema político, económico y social perdura en la medida en que satisface las exigencias del pueblo. La constitución no puede ser el medio para perpetuar ningún partido o sistema político, económico o social. Y si una constitución desde que comienza dice que es 'irrevocable' el sistema político, económico y social, le quita el poder a la gente de modificar prácticamente cualquier cosa"

Pintada en una pared en La Habana © CiberCuba
Pintada en una pared en La Habana Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

A pesar de que las autoridades de la isla indican que los cambios hechos al proyecto de Constitución que será aprobado este viernes por el Parlamento responde a las “preocupaciones” de miles de cubanos, el texto continúa abrigando grandes contradicciones, que también les “preocupan” a otros.

Según el análisis de Gretel, abogada de uno de los bufetes colectivos de La Habana, “un sistema político, económico y social perdura en la medida en que satisface las exigencias del pueblo. La constitución no puede ser el medio para perpetuar ningún partido o sistema político, económico o social. Y si una constitución desde que comienza dice que es 'irrevocable' el sistema político, económico y social, le quita el poder a la gente de modificar prácticamente cualquier cosa.

“Tampoco hay mucho que cambiar si se declara que el Partido Comunista de Cuba, 'único, martiano, fidelista, marxista y leninista, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y el Estado', porque está dándole a ese partido la posibilidad de acomodarse en el poder porque sabe que no tiene competencia, que nadie lo puede cuestionar y mucho menos derrocar”, explica la joven de 34 años.

El estomatólogo Ricardo, de 45 años, se pregunta “¿por qué los ciudadanos no podemos participar en la elección directa del Comité Central del Partido, donde están los verdaderos dirigentes del país, o del propio presidente? ¿Cómo podemos disfrutar de 'la libertad política' enunciada en el artículo 1 de la Carta Magna, si en el 3 se establece la irrevocabilidad del sistema?”

¿Cómo podemos disfrutar de 'la libertad política' enunciada en el artículo 1 de la Carta Magna, si en el 3 se establece la irrevocabilidad del sistema?

De acuerdo con lo que refiere un forista en el sitio Cubadebate, “hay que darle más poder de decisión real y objetiva al pueblo, que en este momento solo vota en las elecciones de delegados, por tanto, es casi nulo su poder, pues todas las funciones las tiene la Asamblea Nacional donde solo hay 602 diputados, mientras existen más de cinco millones de electores.

“Necesitamos una contrapartida imprescindible a la gestión del Gobierno, para que sea supervisado y cuestionado por la administración de nuestro dinero. Como cualquier ciudadano, o institución, el Gobierno no puede ser juez y parte y controlar todos los poderes del Estado.

“La confianza absoluta en el hombre (dirigente) no ayuda, el hombre cambia y se envicia, como ha pasado con los dirigentes, con más de 75 años, que tenemos. Las leyes y medidas de control deben ser aplicadas para todos por igual”, afirma.

Sin embargo, la propia vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ana María Mari Machado, dejó claro este jueves que “Cuba no va a ser más o menos democrática por elegir directamente a su presidente”.

Desde la óptica de la funcionaria ya el país conoció antes de 1959 lo que es tener más de un partido y la reforma constitucional que se lleva a cabo está refrendando únicamente la experiencia práctica del poder popular que ha habido hasta ahora.

Por otro lado, los más recientes debates de los parlamentarios cubanos aseguran que no se limitará de manera absoluta la riqueza ni se eliminará la propiedad privada, ya que se estaría restringiendo el desarrollo de las fuerzas productivas.

No obstante, en palabras del arrendatario privado Julio Alfredo, “hace falta que los cambios constitucionales realmente nos liberen. Lo que tiene que haber es control sobre la generación de las riquezas para que estas se redistribuyan. Los campesinos, artistas, deportistas, cuentapropistas, ayudamos al bienestar del país a través de los impuestos que pagamos.

“Es hora de que los cubanos podamos también invertir en la isla y de que se nos den garantías. Hay que cambiar esa mentalidad porque en Cuba existe concentración de la riqueza y las propiedades desde antes incluso de los años 90. Esos no son elementos contrarios al país que queremos construir. Lo que más necesitamos es bienestar y para eso hay que ponderar los méritos particulares. Debe valer más el talento, la inteligencia, el conocimiento, que el oportunismo y la mediocridad”, asegura el trabajador no estatal.

Es hora de que los cubanos podamos también invertir en la isla y de que se nos den garantías

Asimismo, el obrero Rey plantea que “lo único que he hecho en mi vida es trabajar y mi salario no me alcanza ni para tomarme un vaso de leche todos los días. Por tanto, no creo que hagamos mucho con decidir que el trabajo sea un deber social y no una obligación.

“Mientras en Cuba gane más un taxista que un médico, de nada servirá una nueva constitución. El día que el salario nos alcance para vivir y encontrar en una tienda todo lo que necesitamos, las personas que hoy no trabajan y viven de revender en las esquinas se verán obligadas a hacerlo.

“El salario no es digno para el que trabaja con el Estado y sí para el que lo hace por cuenta propia. Considero que el nuevo proyecto constitucional sigue viendo el tema del salario como una utopía. ¿Cuándo habrá que esperar para que cambie eso?

“La mayoría de los cubanos no podemos satisfacer nuestras demandas. Tenemos que pagar un refrigerador en diez años, rezar para que llegue una remesa familiar o limitarnos a mirar lo que hay en los centros comerciales. Nos la pasamos estirando cuatro centavos en el saldo del móvil, persiguiendo un pedazo de carne o caminando porque no podemos coger un carro”, concluye.

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