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"Ir a Cuba es como echar gasolina al carro para seguir luchando de este lado"

Taymí Valdés es una de los cientos de madres cubanas, a la espera de la reanudación del Programa Parole de Reunificación Familiar.

Taymí Valdés, con su hija y su nieto. © Taymí Valdés.
Taymí Valdés, con su hija y su nieto. Foto © Taymí Valdés.

Este artículo es de hace 5 años

Taymí Valdés es una madre cubana de 44 años que tiene a su única hija, de 26, y a su único nieto, de un año y ocho meses, en La Habana. No puede reunirse con ellos en Estados Unidos porque ella los reclamó hace dos años y para entonces ya estaba paralizado el Parole de Reunificación Familiar. El Departamento de Estado norteamericano no concede ni una sola visa de ese programa desde el 29 de septiembre de 2017.

El Parole quedó paralizado tras el estallido del escándalo de los ataques acústicos en La Habana. Fue entonces cuando la Administración Trump decidió interrumpir los trámites de visado en su embajada de la capital de la Isla hasta que Cuba pueda garantizar la seguridad de los diplomáticos estadounidenses.

La hija y el nieto de Taymí. Foto: Taymí Valdés.

Taymí se escapa a Cuba siempre que puede. Para ella es una forma de coger fuerzas para seguir luchando en Estados Unidos por los suyos."Cada vez que tengo un chance voy. Es como echarle gasolina a un carro para poder seguir luchando de este lado... sin ellos aquí".

"Cada separación me destroza el corazón. Cuando voy a Cuba me la paso disfrutando de mi hija y mi nieto, no paseando ni alardeando de que vivo en este país, que me ha dado muchas oportunidades para ayudarlos", aclara.

Cuando ella va a Cuba les lleva todo lo que puede porque no quiere que pasen trabajo allí. "Hay mucha escasez de todo. Dormir con ellos y abrazarlos es como estar en el paraíso".

Taymí y su hija. Foto: Taymí Valdés.

Este fin de año Taymí lo pasó en Estados Unidos porque en 2018 tuvo muchos gastos viajando a la Isla. "Fui en noviembre pero los dos fines de años anteriores los pasé allá. Qué te puedo decir, todo el tiempo pidiéndole a Dios que el próximo Fin de Año estén aquí conmigo".

Taymí, su hija y su nieto. Foto: Taymí Valdés.

Ella no sólo se acuerda de su hija y su nieto en los días festivos. Lo hace, según ha contado a CiberCuba, a diario. "Día tras días se sufre la separación de los seres queridos. La vida pasa tan rápido que hay momentos que pienso: 'No se si tomé una decisión correcta'".

Su fe le da fuerzas para seguir esperando. "Creo en Dios y sé que sus caminos son perfectos. Créeme, no hay día que no llore por estar lejos de mi hija y mi nieto, y cada madre, como yo, seguimos por la fe que tenemos y la esperanza de que este sufrimiento se acabe en este 2019".

Taymí y su hija. Foto: Taymí Valdés.

Taymí y su hija estaban reclamadas desde que la joven tenía 18 años, pero la entrevista se retrasó y su hija cumplió 21 años y la rechazaron en la entrevista. "Se tuvo que quedar. No fue nada fácil para mí ya que no tenía ganas de continuar, pero ella me pidió que era la única forma que nos quedaba para estar junto a toda la familia".

Cuando llevaba un año y cuatro meses en Estados Unidos, a Taymí le llegó al residencia. "Fue el año más largo de toda mi vida por tanto sufrimiento". No pudo aguantarse y se fue a Cuba con un permiso de viaje. A su regreso ya le había llegado al residencia y fue entonces cuando reclamó a su hija. "No perdí tiempo. Ellos son mi prioridad".

En este mes de enero se cumplen ya dos años desde que Taymí reclamó a su hija. En todo este tiempo sólo le ha llegado un papel de Inmigración confirmando que han recibido su caso.

Hija y nieto de Taymí. Foto: Taymí Valdés.

"Es un desespero total. Es una injusticia total no dejar entrar a los hijos al cumplir 21, cuando luego dejan entrar por la frontera a cualquier persona (buenas y de otra clase) y tú que lo haces todo legal, tienes que sufrir el día a día sin respuestas, pero aquí los esposos tienen prioridad, cosa que no acabo de entender. Los hijos son tu sangre y existen muchos matrimonios de conveniencias. No estoy en contra de que se unan, pero sigo pensando que un hijo tenga la edad que tenga es lo más grande que tiene una madre y deberían de priorizar esos casos".

Taymí lleva ya tres años y medio en Estados Unidos y ni se le pasa por la cabeza que vayan a suspender definitivamente el Programa Parole de Reunificación Familiar. "No pienso en negativo. Sigo pensando que Dios tiene el control y que este año él bendecirá a todas las madres que pasamos por esta situación".

Taymí con su hija y su nieto. Foto: Taymí Valdés

Mientras tanto, su hija está desesperada en Cuba. Ya Taymí la había reclamado cuando la joven se quedó embarazada de su novio. "Me dijo: 'Mami, ahora yo no me voy a poder ir'".

Pero Taymí fue comprensiva y la convenció de que eso no influiría. "El niño es una bendición de Dios y tiene que nacer. Ella se deprimía mucho y el niño llegó en un momento en su vida muy difícil. Nosotras siempre hemos sido una. Estoy orgullosa de lo buena madre que es y espero que todo se arregle Dios mediante".

"Muchos de los que estamos reclamando a nuestros familiares quisiéramos que se abriera el Parole, sobre todo para los que ya lo tienen. Pero también muchos estamos dispuestos a pagar las residencias con tal de que vengan pronto. No queremos ayuda. El Gobierno tiene esta forma que es sin ayuda también, que se creó poco antes del cierre del Parole. Queremos que la ayuda sea que vengan pronto a este país. Yo creo que entré en ese grupo automáticamente después que se paró todo".

Taymí defiende que quienes están esperando por el Parole necesitan una respuesta. "Es muy injusto lo que están viviendo", concluye.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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