Los inspectores estatales de comercio y la policía en Cuba obligan a los vendedores ambulantes a ofrecer sus productos al precio topado por el estado. Estas visitas sorpresa ahora tienen un nuevo acompañante: la televisión oficialista.
El asedio filmado por las cámaras de Solvisión, telecentro de la provincia Guantánamo, se produjo esta vez, cuando un vendedor de ajos fue sorprendido vendiendo su mercancía a 8 pesos (por cabeza), cuando el gobierno cubano advirtió en la Tarea Ordenamiento que serían 4 pesos por unidad.
De inmediato obligaron al comerciante a ofertar acorde a lo establecido, y se apareció una turba de guantanameros que descontroladamente comenzaron a comprar ajos hasta agotar el producto.
El propio inspector, mientras explicaba la medida de notificación al periodista de Solvisión, tuvo que llamar la atención a los compradores, quienes se notan desesperados por conseguir el alimento.
“Tuvimos que intervenir al compañero para que cooperara con los precios establecidos…Como usted puede ver la población es un poco difícil -dice el entrevistado- ¡eh, por favor!”, comenta mientras se dirige a la turba.
El reporte, cuyo nombre en Youtube es “Enfrentan en Guantánamo a revendedores con precios abusivos” refleja también la opinión del vendedor, el cual dice que dejará de vender en la calle y que pone sus precios de acuerdo a los altos costos que tiene que pagar para conseguir estos ajos.
Los hechos son parte de la cacería de brujas a la que son sometidos muchos trabajadores privados en el país, y que ha aumentado luego de las nuevas medidas económicas que impuso el gobierno cubano desde este 1 de enero.
La denuncia del doctor cubano Alexander Raúl Pupo Casas sobre el abuso a que someten a los carretilleros en la ciudad de Holguín es otro ejemplo de lo que está sucediendo; estos pequeños comerciantes llevaban tres días siendo víctimas de decomisos y atropellos por parte de inspectores y oficiales de la policía.
Anteriormente un grupo de policías en La Habana obligó también a un carretillero a vender productos al precio topado por el gobierno, según una publicación de Facebook del fotógrafo Iván Soca Pascual, donde aplaude a las autoridades por lo que él considera “un acto de justicia”.
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