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Una lágrima cayó en la arena

El presidente es un enorme insatisfecho, pero no dimite, soslaya los apagones y evita mencionar a Perú, pero sigue siendo incapaz de comunicarse con muchos cubanos; pese a que lo intenta con esperanza, una y otra vez.

Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro © Estudios Revolución
Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro Foto © Estudios Revolución

Este artículo es de hace 1 año

" (...) Siento una enorme insatisfacción por no haber sido capaz de lograr, desde la conducción del país, los resultados que necesita el pueblo cubano para alcanzar la anhelada y esperada prosperidad..."

Las decepciones e incumplimientos debían solventarse con la dimisión del enorme insatisfecho; aunque, para Cuba, lo más conveniente sería incumplir los acuerdos del octavo congreso del partido, promulgar una Constitución democrática y librar a los cubanos de tener que mantener a la burocracia comunista y a grandes empresas ruinosas.

Durante las sesiones, el mandatario dijo tres verdades, dando la impresión que volvía a la realidad, tras dilatada estancia en Júpiter: tenemos una Ley de Soberanía Alimentaria, y no hay alimentos; vamos a aprobar una Ley de Fomento Ganadero, y no hay ganado; y tenemos una Ley de Pesca, y no hay pescado.

¿Quiénes exterminaron los alimentos y al ganado; quiénes prohibieron la pesca en aguas cubanas? ¿Por qué los holguineros bautizaron al entonces primer secretario del partido en la provincia como Díaz-Condón? Porque prohibió que los pequeños ganaderos vendieran leche en la ciudad, como venía haciendo todos los días.

Las dictaduras son eficaces productoras de frases, que van escupiendo para contentura de jilgueros y rapsodas, pero luego llegan las amargas verdades, fruto de seguir poniendo la carreta delante de los bueyes; discursos y leyes poseen belleza formal, pero no generan libertad ni prosperidad, solo encandilan temporalmente a los hambreados aun creyentes.

Díaz-Canel aseguró que la crisis electroenergética está en fase de superación; desautorizando a su ministro de Economía que cantó las verdades del barquero sobre las carísimas patanas turcas y desveló que la luz generada por fuentes de energía renovables no llega ni al tres por ciento de la matriz eléctrica; siendo Cuba un eterno verano.

Unos días antes de rendir cuenta ante la asamblea, el mandatario anduvo fanfarroneando en Twitter sobre el autogolpe de estado de Pedro Castillo contra Perú, pero luego debió sufrir una amnesia repentina porque elogió al tirano Daniel Ortega, al dictador Nicolás Maduro, saludó a Colombia, Brasil y Argentina y al Peje cobrador de México; pero no dijo ni pío de La flor de la canela.

Asomarse a sesiones televisadas de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) es como disfrutar del teatro bufo, sin tener que pagar entrada ni salir de casa; solo que en los roles del gallego pintón actúa el diputado Orlando Gutiérrez Boza, presidente del Consejo Supremo de la Asociación Abakuá y, en el del negrito, el impagable Yusuam Palacios Ortega.

Gutiérrez Boza está en Comisión de Servicios en la jefatura de la fraternidad mestiza; tras su desempeño en las FAR, primero en el Ejército Juvenil del Trabajo y luego en la Dirección de Servicios Médicos, según la web de la ANPP, que no aclara si el próximo 6 de enero festejará con sus compañeros de la CIM.

Yusuam es un F-1; fruto del cruce entre los espíritus de Merceditas Valdés y Eusebio Leal, es muy útil al pan con na, untándolo con vaselina de la Oficoda, pero mezclando el llantén con la PNR, y coronando sus teques con José Martí Pérez, el más antiguo militante del PCC, a juzgar por la cochambre ideológica reinante. Una pena que el diputado por Sagua de Tánamo no haya descubierto aun a Gramsci; cuando pruebe los espaguetis con salsa Pommodoro y queso parmesano, tendremos al cuadro perfecto.

Como no hay dos sin tres, el Ñato cerró su actuación con un enigma, ¡Venga la esperanza!, que debe ser una noviecita suya de cuando era fiñe porque solo a un suicida se le ocurre hablar de esperanza, cuando la mayoría de los cubanos ya pasaron esa estación y siguen viviendo en conformidad, el último apeadero, donde el tren cambia de chucho y virá patrá.

El medio harakiri del Ñato tampoco es novedad en la baba sin quimbombó, donde Fidel Castro fue un hábil tragaespadas, con cinco cortes de vientre:

1959. Renunció como primer ministro para tronar al presidente Manuel Urrutia Lleó y limpiar el gobierno de socialdemócratas, sustituyéndolos por pericos del PSP; a los que luego tiró por la ventanilla, con el tiro al blanco de la microfracción.

1970. Los diez millones no fueron y como se había tiznado tanto la cara en los cortes de caña, no tuvo más remedio que reconocer que timba cayó en la trampa.

1987. ¡Ahora si vamos a construir el socialismo!, pero tampoco, porque llegó el compañero Gorbachov y mandó a parar.

2005. Revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado... menos al uno y al dos.

2010. El modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros, dijo al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg y a su paisana Julia Sweig, experta en relaciones exteriores.

Por tanto, la gran novedad, un año más, es que no hubo novedad, salvo la aritmética del Doctor en Ciencias Técnicas que aludió a 2023, donde la mona tampoco cargará al hijo, como el año 65 de la revolución, cuando cumplirá uno menos; pero la suplantación de la realidad con entusiasmo en la constante Pi en esa gran mentira que siguen construyendo, casi trece quinquenios después.

Psicólogos y psiquiatras tienen en la mirada del Ñato una tesis sobre el vacío carente de afectividad; aunque el presidente lo intenta una y otra vez, pero está rebasado emocionalmente por el embarque que le dio Raúl Castro Ruz, asegurando que era el único sobreviente de la escogida del tabaco; tras someterlo a varias medidas activas y rodearlo de guardias viejos, como reveló el general Leonov, el oficial KGB que atendió a Fidel y Raúl Castro, con evidente simpatía por el segundo; el más bolchevique de los cosacos caribes hasta el punto de guaguanquear con la Perestroika, para enojo del comandante en jefe.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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