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La apertura de un supermercado exclusivo para compras en dólares en 3ra y 70, Playa, La Habana, ha provocado indignación y críticas en las redes sociales, donde muchos cubanos cuestionan la creciente desigualdad en el acceso a bienes esenciales.
En un contexto de crisis económica y desabastecimiento, la polémica medida refuerza las divisiones sociales, dejando fuera a quienes dependen del peso cubano, incluso hasta del MLC (Moneda Libremente Convertible), que en poco tiempo ya pasó a jugar un papel muy secundario.
En este marco, la página de El Toque compartió en X una décima campesina que, con un tono sarcástico y crítico, pone en evidencia las contradicciones del sistema económico cubano y denuncia el distanciamiento de los ideales de igualdad que alguna vez defendió el régimen.
El texto, creado por “Un guajiro de las redes” y titulado "Venga a Tercera y 70, invitan los generales", se ha convertido en un espejo del sentir popular frente a la dolarización parcial de la economía y la incapacidad del gobierno para ofrecer soluciones reales a la mayoría de los cubanos.
A continuación, la décima completa que resume el descontento:
Venga a Tercera y 70, invitan los generales
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Por: Un guajiro de las redes
Los dueños del chiringuito
nos la volvieron a hacer.
Resulta que el padecer
es nuestro sino infinito.
El dólar que fue «maldito»
(por enemigo imperial),
luego moneda normal,
chavito y MLC,
estrena un nuevo caché:
«Dolarización parcial».
«Parcial» aseguran Ellos,
y siguen llenando el saco
con un descarado atraco
tras discursos leguleyos.
Cuando aprietan nuestros cuellos
y en la bodega mugrienta
el hambre es la que regenta
proclaman con risa impar:
«Vengan, vengan a comprar
aquí en 3ra y 70».
«Hay refresco, yogurt, malta,
jamones, frijoles, queso,
bebidas, panes… (todo eso
de gama baja y gama alta).
Vengan, que aquí nada falta.
Perfumes, ventiladores,
dulces, las frutas mejores,
bolsos, juguetes, café…»
(No se acepta MLC:
Esto es en dólar, señores).
«¿En dólar? Pero, ¿hasta cuándo?»,
pregunta triste Liborio.
¿Y el MLC? ¿ilusorio?
¿Y el peso? ¿Sigue bajando?
—«Es que estamos reordenando,
Liborio, no se preocupe.
Todo el verde que se ocupe,
será para el Soberano»…
Y allá va el pobre cubano
masticándose otro tupe.
¿Y aquello de la igualdad?
¿Nadie quedará olvidado?
¿Tanto que se ha batallado?
¿Y al fin, la prosperidad?
¿Alguna vez, de verdad,
honrarán los ideales
por los que el pueblo, a raudales,
sangre y sudor derramó?
¿O todo solo sirvió
para engordar generales?
Así empezó el 25.
Y si el 2024
fue un doloroso teatro,
en este es mortal el brinco.
Uno busca con ahínco
pilares a los que asirse.
Mientras, sin prisa por irse,
el generalato está
desde la Torre de K
mirando la Isla hundirse.
El poema no solo cuestiona las medidas económicas recientes, sino que también evidencia el desencanto de una población que, entre carencias y promesas incumplidas, busca respuestas en medio de un panorama cada vez más incierto.
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