Cuba amaneció este domingo con afectaciones eléctricas generalizadas, tras una jornada de cortes continuos durante todo el sábado.
El último parte de la Unión Eléctrica (UNE) confirma que la isla continúa sumida en una severa crisis energética, con una afectación de 1,651 MW (ligeramente superior a la prevista) a las 8:20 p.m. del sábado, en coincidencia con la hora de mayor demanda.
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A las 7:00 a.m. de este domingo, la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era de apenas 1,703 MW frente a una demanda de 2,715 MW, lo que provocó un déficit inmediato de más de 1,000 MW.
Para el horario del mediodía, se espera una afectación aún mayor, que podría alcanzar los 1,200 MW, mientras que para el horario pico se pronostica un déficit de 1,545 MW, con una afectación estimada de 1,615 MW.
Las causas del colapso siguen siendo las mismas: múltiples unidades térmicas fuera de servicio por averías y mantenimientos, así como graves limitaciones por falta de combustible y lubricantes, que mantienen fuera de operación más de 500 MW de generación distribuida.
Aunque el régimen cubano anunció la entrada en funcionamiento de ocho nuevos parques solares fotovoltaicos, cuya producción este sábado fue de 999 MWh, su impacto sigue siendo marginal frente a las necesidades del país. Desde el gobierno se insiste en presentar estas iniciativas como soluciones sostenibles, pero la realidad muestra que el aporte es insuficiente.
En paralelo, se reportan incidentes en la red de distribución, como la avería del viernes en la subestación Cuatro Caminos, en La Habana, que dejó sin electricidad a varios barrios del Cotorro.
Mientras tanto, los cubanos enfrentan apagones diarios, prolongados y sin horarios definidos, en medio de una creciente desconfianza hacia los partes oficiales, cuya fiabilidad ha sido puesta en entredicho por los propios usuarios en redes sociales.
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