El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a desatar polémica tras publicar en su cuenta verificada de Instagram una imagen de decenas de aviones despegando, acompañada del mensaje: “LET THE DEPORTATIONS BEGIN!” (“¡Que comiencen las deportaciones!”).
La publicación, que rápidamente se viralizó en redes sociales, ha sido interpretada como una celebración insensible de una de las políticas más controvertidas de su gobierno: la intensificación de las deportaciones masivas, que afecta de forma directa a decenas de miles de familias migrantes, entre ellas muchas de origen cubano.
La imagen, compartida sin contexto ni explicación adicional, ha sido calificada de frívola por activistas, juristas y comunidades migrantes, al reflejar un enfoque burlón ante una situación profundamente dramática para miles de personas que enfrentan procesos de expulsión del país o viven bajo la constante amenaza de deportación.
El mensaje del mandatario llegó en un momento particularmente tenso, marcado por la reanudación de vuelos de repatriación y una serie de acciones ejecutivas destinadas a desmantelar protecciones humanitarias implementadas durante la administración anterior.
Desde enero de 2025, el gobierno de Trump ha acelerado los procedimientos de expulsión de migrantes que se acogieron al programa de parole humanitario.
Este mecanismo, que permitía la entrada legal y temporal a ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, ha sido blanco de los esfuerzos del actual presidente para endurecer el control migratorio.
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En febrero, CiberCuba documentó la llegada a la isla de un vuelo con 104 cubanos deportados desde EE.UU., en lo que representó el inicio oficial de las repatriaciones bajo el nuevo mandato de Trump.
Aunque el Tribunal Supremo autorizó recientemente a la administración a revocar el parole humanitario, la política migratoria del presidente Trump sigue enfrentando desafíos legales en otras instancias judiciales.
Varias cortes federales han intervenido con decisiones cautelares que impiden su aplicación inmediata, alegando que el Ejecutivo no ha cumplido con los procedimientos requeridos por ley ni ha demostrado debidamente la necesidad de su eliminación.
Una jueza federal llegó a bloquear temporalmente la revocación de los beneficios migratorios a quienes ya habían sido admitidos bajo este programa, subrayando el impacto humanitario que tendría una cancelación abrupta.
El enfrentamiento entre el poder ejecutivo y el judicial se agudiza en torno a una de las políticas más simbólicas de Trump. Mientras tanto, las publicaciones del presidente en redes sociales reflejan un estilo comunicacional que banaliza la situación de cientos de miles de personas.
En lugar de un mensaje institucional, la frase “¡Que comiencen las deportaciones!” encapsula un enfoque provocador y poco empático, que dista mucho del respeto que merecen los principios constitucionales y los derechos humanos en juego.
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