El régimen cubano ha vuelto a negar la existencia de un paro estudiantil y ha intentado desacreditar que exista un movimiento de universitarios dispuestos a plantar cara a las nuevas tarifas impuestas por la empresa estatal ETECSA.
“A pesar de las convocatorias desde el exterior para generar un ambiente de caos y desaliento en el entorno universitario, el proceso docente continúa su desarrollo”, así declaró la periodista Talía González en el Noticiero Nacional de Televisión (NTV), reiterando la narrativa oficialista que insiste en la normalidad dentro de las aulas.
La nota televisiva -leída por Talía y Rei Gómez- hizo referencia al “debate que mantienen estudiantes y profesores sobre el anuncio de las nuevas medidas de ETECSA y su impacto en la comunidad universitaria”; y aseguró que se mantiene “un diálogo respetuoso para alcanzar consensos”.
Según el informe, los espacios de debate han sido aprovechados por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para desmentir “cualquier intento de aprovechar estos espacios de intercambio y polémica para tergiversar opiniones y propuestas auténticas del estudiantado cubano”.
El reportaje cerró con entrevistas a estudiantes y dirigentes de la FEU, quienes defendieron la postura oficial.
“Abogamos por el diálogo constante y por las vías que corresponden expresar las inconformidades a través de las organizaciones como corresponde”, afirmó Daniel Alejandro Corrales, vicepresidente de la FEU en la Universidad de La Habana.
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“Las organizaciones sí nos amparan, hay una alianza entre la organización y la institución. No es algo que esté separado. Sí existen inconformidades dentro del estudiantado y dentro de la población por las medidas, pero siempre abogamos por la postura del diálogo y el entendimiento mutuo”, añadió.
Desde la Facultad de Comunicación, el estudiante de Periodismo Jorge Daniel García aseguró: “Nosotros como Federación Estudiantil Universitaria estamos representando a los estudiantes en estos debates porque realmente son los estudiantes los que están proponiendo acciones".
"Las propuestas de los conversatorios y los diálogos con ETECSA han surgido de los diálogos con la FEU. Y los hemos acompañado y representado en todo momento. Han sido diálogos fuertes, debates fuertes para buscar soluciones”, concluyó.
Rechazo generalizado al "tarifazo" y fisuras en la FEU nacional
Sin embargo, pese al discurso oficialista, los pronunciamientos estudiantiles se han intensificado en los últimos días.
La Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana anunció públicamente que no aceptará el paquete adicional de 6 GB ofrecido por ETECSA, hasta que se presenten "soluciones más efectivas que tengan en cuenta a toda la población".
La decisión fue tomada por el Consejo Ampliado de la FEU en esa facultad, que reafirmó su apuesta por el “diálogo crítico y estratégico como herramienta para resolver, mediante la inteligencia, la participación y el civismo, los problemas creados por las nuevas tarifas”, pero sin aceptar medidas que generen privilegios.
En las últimas horas la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad de Holguín también se pronunció y convocó a un paro académico indefinido desde el 7 de junio y "hasta que se revoquen las medidas”.
"No somos una minoría privilegiada, somos la voz de un pueblo cansado de pagar por la ineficiencia", alegaron en su declaración.
En paralelo, estudiantes de Matemáticas y Computación reafirmaron en una asamblea su decisión de mantener el paro docente en protesta por las medidas de ETECSA, calificándolas como “una agresión directa al pueblo cubano”.
"Nos movilizamos por justicia social, no por migajas", escribieron.
La Facultad de Biología desconoció públicamente la autoridad del presidente nacional de la FEU, Ricardo Rodríguez González, a quien acusaron de no representar las opiniones reales del estudiantado.
Por su parte, la Facultad de Filosofía, Historia, Sociología y Trabajo Social exigió su renuncia inmediata, calificando su gestión como “conformista, pasiva y poco crítica”.
Sin embargo, el Noticiero Nacional de Televisión dice que no pasa nada, y deja entrever que igual el curso ya se acaba, restando valor a la voluntad de miles de estudiantes unidos en torno a una causa que consideran justa.
Internet: Derecho, no privilegio
Como respuesta parcial, ETECSA anunció en días recientes un paquete adicional de 6 GB por 360 CUP para estudiantes universitarios, junto al acceso gratuito a más de 40 sitios educativos.
Sin embargo, los estudiantes lo han rechazado, insistiendo en que no buscan privilegios sectoriales, sino equidad en el acceso a internet para todos los ciudadanos.
Mientras el oficialismo insiste en aparentar normalidad y apela a la disciplina ideológica, en las universidades se multiplican las demandas legítimas, las protestas organizadas y los llamados a un diálogo real.
Las aulas del país -a pesar de la narrativa gubernamental- arden con cuestionamientos incómodos que ya no pueden ser ignorados.
Negar la existencia de un paro estudiantil y encuadrar cualquier inconformidad dentro de un marco institucional de “diálogo respetuoso” y “debate constructivo” busca diluir la legitimidad de las acciones autónomas de los estudiantes.
En lugar de reconocer la magnitud y espontaneidad del malestar generado por las nuevas tarifas de ETECSA, el aparato oficialista prefiere presentar una imagen de normalidad funcional y cohesión ideológica, en la que la Federación Estudiantil Universitaria actúa más como órgano de contención que como representante genuino de los intereses estudiantiles.
Esta actitud defensiva, basada en la deslegitimación de las voces críticas al interior de las universidades, pone en evidencia la resistencia del régimen a aceptar cualquier forma de organización independiente y transversal.
Las declaraciones televisadas, cuidadosamente seleccionadas, subrayan una narrativa de “diálogo con cauces institucionales” mientras ignoran los señalamientos más duros que provienen de las bases estudiantiles.
De hecho, la creciente fractura dentro de la FEU -con facultades que desafían abiertamente la autoridad de su presidencia nacional- desbarata el mito de una juventud uniformemente alineada con los postulados del poder.
La postura gubernamental, al rehuir el conflicto real en las aulas, expone su incapacidad para conectar con una generación que exige cambios concretos, no retóricas vacías ni soluciones fragmentadas.
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