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El proyecto humanitario Aliento de Vida, que cumple 10 años de trabajo en La Habana, compartió testimonios de abuelos con recursos mínimos, quienes expresaron públicamente tres deseos cada uno, peticiones que lejos de lujos, se reducen a alimentos cotidianos imposibles de costear con una jubilación en Cuba.
Según explicó el coordinador de Aliento de Vida, Yankiel Fernández, la iniciativa busca dar voz a ancianos y gestionar ayuda solidaria para cumplir estos pequeños anhelos.
“O se dan un gusto o el resto del mes se quedan a la Merced de Dios”, señaló Fernández a través de su perfil en Facebook.
Los responsables del proyecto publicaron asimismo números de cuentas bancarias en CUP y MLC, además de una vía por Zelle en Estados Unidos, para quienes deseen colaborar.
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Insisten en que cualquier donación, por mínima que parezca, puede significar un alivio real para estas personas.
La reacción en redes sociales ha sido inmediata: numerosos usuarios han solicitado formas de apoyar económicamente, mientras las fotos de los abuelos pidiendo deseos como una malta con leche dejan al descubierto el drama de la vejez en un país donde la pensión no cubre lo elemental.
El caso pone en evidencia la crudeza de la realidad cubana: llegar a la tercera edad y que un simple helado se convierta en un lujo inalcanzable.
Cada día se hacen más habituales las imágenes de personas de la tercera edad buscando en la basura algo de comida, mientras organizaciones independientes del régimen alertan de la agudización de la crisis alimentaria en el país.
A fines de abril, un reportaje del periódico oficial Girón, en Matanzas, dejó al descubierto la miseria en la que viven miles de jubilados que, tras décadas de trabajo, se ven obligados a subsistir en las calles.
La creadora de contenido Sheyla, desde Matanzas, mostró recientemente en un video lo que una persona jubilada en Cuba puede adquirir con su pensión mensual de 1,500 pesos cubanos, unos tres dólares al cambio informal, en medio de la profunda crisis económica que atraviesa la isla.
También el youtuber cubano Iván Valdés Permuy, conocido como Listillo Cubano en redes sociales, recorrió las calles de La Habana entregando efectivo a ancianos que revelaron sus pensiones, y con sus acciones puso en evidencia los miserables montos que reciben decenas de miles de jubilados en la isla después de una vida laboral.
Orlando Regueiro Castellano, un anciano de 83 años natural del municipio de Baraguá, en Ciego de Ávila, explicó días atrás que no tiene dinero para alimentarse y que recorre las calles pidiendo “un pedacito de pan”, sin que la mayoría de las personas pueda ayudarlo.
El 16 de julio, el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció ante la Asamblea Nacional del Poder Popular que a partir del 1 septiembre se implementará un incremento de pensiones para los jubilados que actualmente reciben hasta 4,000 pesos mensuales.
Según la Resolución 14/2025 publicada en la Gaceta Oficial No. 71, la medida busca “garantizar” una mejor protección a los sectores más vulnerables de la población cubana.
De acuerdo con lo anunciado, la medida beneficiará a 1,324,599 personas, lo que representa el 79 % de los pensionados en el país.
La pensión mínima quedó en poco más de 3,000 pesos y la máxima no supera los 4,000, cantidades que no alcanzan ni para cubrir la canasta básica, con un costo de la vida disparado y un acceso a bienes esenciales cada vez más restringido.
Hasta el momento, según datos oficiales, el 39% de los jubilados cubanos cobra la pensión mínima mensual equivalente a 1,528 CUP al mes, y tienen todas las papeletas para engrosar la lista de personas en riesgo de pobreza extrema.
Especialmente complicada es la situación de quienes no tienen familia en el extranjero que les mande dólares para poder tener acceso a una dieta balanceada en la recta final de sus vidas.
Dependen, exclusivamente de lo que llega a las bodegas, marcadas por el racionamiento extremo, la escasez y retrasos en la distribución de alimentos básicos como arroz y azúcar.
La descontrolada inflación derivada de la malograda tarea Ordenamiento ha encarecido los productos de primera necesidad mientras los salarios permanecen estancados y se deteriora el poder adquisitivo de los cubanos, agotados de las colas, los apagones, el hambre y la desesperanza.
Preguntas frecuentes sobre la precariedad de los jubilados en Cuba
¿Por qué tomar helado o comer pollo frito es un lujo para los adultos mayores en Cuba?
En Cuba, los jubilados reciben pensiones tan bajas que no les permiten cubrir necesidades básicas, por lo que alimentos considerados cotidianos en otros países, como el helado o el pollo frito, se vuelven inalcanzables. La pensión mínima actual es de unos 1,528 pesos cubanos, apenas tres dólares al cambio informal, lo que no alcanza para cubrir siquiera la canasta básica en un contexto de inflación descontrolada.
¿Cómo afecta la inflación a los jubilados cubanos?
La inflación en Cuba ha disparado los precios de los productos básicos, haciendo que el poder adquisitivo de los jubilados sea prácticamente nulo. A pesar de recientes aumentos en las pensiones, estos siguen siendo insuficientes, ya que los básicos como el arroz, el azúcar y el aceite solo se venden en dólares o MLC, una moneda que los jubilados no reciben.
¿Qué iniciativas existen para ayudar a los jubilados en Cuba?
Existen proyectos humanitarios como Aliento de Vida, que buscan dar voz a los ancianos y gestionar ayuda solidaria. Este tipo de iniciativas piden donaciones de particulares que puedan aliviar la difícil situación de los jubilados. Además, algunos creadores de contenido en redes sociales han visibilizado la problemática, generando solidaridad y apoyo internacional.
¿Cuáles son las recientes medidas del gobierno cubano respecto a las pensiones?
El gobierno cubano ha anunciado un incremento de pensiones a partir del 1 de septiembre de 2025, donde la pensión mínima pasará de 1,528 a 3,056 CUP. Sin embargo, estos montos siguen siendo insuficientes para cubrir el alto costo de vida en la isla, y no resuelven la precariedad que viven miles de jubilados.
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