Con público y fotos: Minint organiza acto para devolver 500 mil pesos robados en Granma

El régimen convierte la devolución de dinero robado en Guisa en un acto público con fotos y vecinos, como si cumplir con su deber fuera un logro épico digno de propaganda en redes sociales.

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El Ministerio del Interior (Minint) organizó un acto público para devolver más de 500 mil pesos a un ciudadano del poblado La Nenita, en el municipio de Guisa, provincia de Granma, en lo que aparentó ser un operativo de propaganda más que un simple acto de justicia.

La restitución del dinero fue reportada este domingo por el perfil oficialista Entérate con Aytana Alama, vocero habitual del régimen y del propio Minint, quien celebró el hecho como un logro excepcional.

Captura Facebook / Entérate con Aytana Alama

“Qué felicidad para el poblador de Guisa que recibió por estos días más de 500 mil pesos que le habían robado”, escribió, acompañado de imágenes del momento, el cual devino un show propagandístico.

En el acto, del que no se ofrecieron detalles sobre cómo se resolvió el caso, ni quién fue el responsable del robo, pues lo más importante era el mensaje de que “el régimen resuelve”, participaron vecinos del lugar, aparentemente convocados como parte del evento.

Las fotos difundidas muestran a oficiales y civiles presenciando la entrega del dinero, como si se tratara de un acto ceremonial.


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Más allá del caso en sí, el episodio revela una tendencia cada vez más visible en la narrativa del régimen cubano: convertir acciones básicas del Estado —como investigar un delito y devolver lo robado— en contenido de redes sociales para reforzar la imagen de eficacia institucional.

Lo que debería ser una obligación mínima de las autoridades termina presentado como una hazaña digna de aplausos públicos, hecho que contraste con la inacción habitual del gobierno.

La puesta en escena, con vecinos como espectadores y publicaciones celebratorias en medios afines, evidencia el afán por capitalizar cualquier hecho que pueda presentarse como una victoria del sistema.

Sin embargo, son más los casos que no resuelve el régimen, con su aparato represivo, que aquellos que logran tener un “final feliz”, pero eso sí, estos últimos son buen material de novela policíaca cubana.

En redes sociales, algunos usuarios reaccionaron con escepticismo e ironía ante el acto público organizado por el Minint en Guisa.

“Eso es un average. ¿De verdad hay que formar tanto lío para devolver eso? Por Dios…”, comentó Yoli Rosales, aludiendo al despliegue innecesario para cumplir con una obligación básica.

Otros aprovecharon para señalar que no todos los casos reciben el mismo “tratamiento mediático”.

“Hace falta que vengan a Río Cauto a ver si encuentran las baterías que se robaron de la planta del hospital”, escribió Aymara García Reyna, apuntando al abandono de otras denuncias.

Por su parte, José Luis Marañón Rodríguez ironizó con una frase popular: “Me has hecho recordar aquello de ‘ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón’”, en referencia al doble discurso que perciben muchos cubanos cuando se celebran acciones que no deberían necesitar aplausos.

El uso de actos públicos como el organizado por el Minint en Guisa no es nuevo. En Cuba, la devolución de objetos robados ya ha sido convertida en escenarios de propaganda, donde la prioridad no es la justicia sino la narrativa.

En septiembre, la policía organizó un mitin político para devolver una bicicleta y un teléfono móvil en Villa Clara, con banderas, consignas y discursos, como si capturar a un ladrón fuera una epopeya.

Mientras tanto, la mayoría de los delitos quedan sin esclarecer. La organización Cubalex denunció recientemente que niños, niñas y adolescentes en Cuba son víctimas de detenciones arbitrarias, violencia institucional y abandono, sin acceso a justicia ni acompañamiento, lo que evidencia la desconexión entre el discurso oficialista y la realidad de los más vulnerables.

Incluso actos simbólicos como barrer hojas en el Palacio de la Revolución han sido utilizados para construir imágenes de proximidad y humildad.

Díaz-Canel fue fotografiado barriendo en los jardines del gobierno, un gesto banal amplificado en medios oficiales mientras los cubanos hacen colas por horas para conseguir un pedazo de pan o una medicina básica.

En paralelo, el aniversario de los CDR fue celebrado con una bicicleta llamada “Patria”, mostrada como símbolo de resistencia, en un país donde el transporte público se ha desplomado y desplazarse es una odisea diaria para millones.

Estas puestas en escena refuerzan una estrategia de propaganda que busca maquillar el deterioro institucional con gestos superficiales.

Preguntas frecuentes sobre los actos propagandísticos del MININT en Cuba

¿Por qué el MININT organiza actos públicos para devolver bienes robados?

El MININT organiza estos actos como una estrategia propagandística para mostrar eficacia y control frente a la ciudadanía, convirtiendo funciones básicas del Estado en eventos de exhibición pública. Estos actos buscan reforzar la imagen del gobierno cubano, a pesar de la crítica generalizada de que muchas de estas acciones son más propaganda que soluciones reales a problemas de seguridad ciudadana.

¿Cómo reacciona la población cubana ante estos actos de devolución de bienes?

La población cubana suele mostrar críticas y escepticismo ante estos actos, considerando que son utilizados más como propaganda política que como verdaderas soluciones a la creciente inseguridad y delincuencia en el país. En redes sociales, muchas personas expresan descontento, señalando que estos eventos no abordan los problemas estructurales que generan la criminalidad y la falta de seguridad.

¿Qué otros ejemplos existen de actos similares organizados por el MININT?

Además del acto en Granma, el MININT ha organizado eventos similares en distintas provincias. Por ejemplo, en Santiago de Cuba se devolvieron motocicletas robadas, y en Sancti Spíritus se realizó un acto para devolver equipos robados a una anciana. Estos eventos son caracterizados por la presencia de vecinos, medios oficialistas y son promovidos como logros del sistema, a pesar de ser funciones básicas de cualquier sistema de seguridad.

¿Cuál es la percepción general sobre la seguridad en Cuba?

La percepción general sobre la seguridad en Cuba es de creciente inseguridad, con un aumento de robos y actos delictivos. A pesar de los esfuerzos del régimen por mostrar eficacia a través de actos públicos, muchos ciudadanos consideran que no se están abordando las causas raíz de la criminalidad y que las medidas tomadas son más de control social que de protección efectiva.

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