La crudeza de la vida diaria en Cuba volvió a quedar expuesta en un video publicado por la usuaria de Instagram Annie Zúñiga González, madre de dos niños pequeños, que describió con una mezcla de agotamiento, frustración e incluso humor, cómo sobrevive en medio de apagones interminables, escasez de combustible, alimentos echados a perder y una crisis que no da señales de alivio.
"La realidad es mucho más cruel", escribió al presentar el video.
"El llanto de mis hijos, el no poder cocinar porque tampoco hay gas, el no dormir rezando por que corra una brisa… En las últimas 48 horas hemos tenido, no seguidas, unas ocho horas de luz y ninguna ha sido de noche", subrayó.
En las imágenes se ve a Annie y a otra joven atrapadas en la misma rutina de precariedad que hoy se ha vuelto normalidad para millones de cubanos.
Annie inicia el video con una frase que sintetiza, sin adornos, el estado emocional de un país exhausto: "No se puede soñar en un país donde no se puede dormir".
Y añade que cada mañana al levantarse su primer pensamiento es siempre el mismo: "¿A qué bloque le toca hoy?", en alusión a los apagones programados, que en la práctica son imposibles de prever.
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El apagón como centro de la vida
La grabación recorre situaciones cotidianas que revelan la profundidad del deterioro nacional.
Una amiga de la joven intenta conectarse a Internet sin éxito: la pésima conectividad, cada vez más extendida, le impide comunicarse con la familia.
Segundos después, la cámara muestra otro drama doméstico: no pueden lavar porque no hay electricidad, a pesar de que, por primera vez en días, "entró agua".
La supuesta alternativa para unos pocos -las plantas eléctricas privadas- tampoco resuelven: no pudieron echarla a andar por el alto precio de la gasolina.
El refrigerador es otra víctima. Al abrirlo, Annie lamenta resignada: "Se echó a perder el pollo", una frase que refleja las pérdidas constantes de alimentos a causa de los continuos apagones.
Ni siquiera los ventiladores recargables han resultado ser el alivio que muchos esperaban. La joven explica que son insuficientes para las jornadas completas de apagón, porque no da tiempo a que cojan carga.
El video cierra con un instante que mezcla humor y rabia contenida: la electricidad regresa por unos segundos y Annie celebra feliz. Acto seguido la luz se vuelve a ir. "¿Pa’ qué hablaste?", le reprocha su amiga, lanzándole un cojín.
Se trata de una escena que se repite en millones de hogares cubanos, un tipo de humor involuntario que surge cuando el cansancio es demasiado grande como para seguir llorando.
Un retrato nacional en los comentarios
El video ha alcanzado en pocos días más de 44,000 likes, con reacciones que muestran identificación inmediata y un dolor compartido.
"Un resumen de la vida en Cuba en menos de un minuto", "No sé si reír o llorar, es de película de terror lo que estamos viviendo", y "Dormir es un derecho que ya no tenemos", fueron algunos de los comentarios.
Una madre relató que sus hijos le preguntan a qué hora se va la luz para saber si pueden ver muñequitos. "Todos los días comen a oscuras, se bañan a oscuras y se duermen en apagón".
"Mi niño de dos años sabe cuando hay apagón y grita de felicidad cuando llega la luz", expresó la protagonista del video.
Otra usuaria subrayó el daño psicológico acumulado: "Ni dormir, ni vivir, tortura física y mental, el cortisol del cubano anda por los cielos y por eso más propensos a más enfermedades".
Una crisis que se agrava mientras el gobierno guarda silencio
El testimonio de Annie Zuñiga no es aislado: es parte de una avalancha de denuncias que crecen en todo el país, donde la población enfrenta apagones de más de 20 horas diarias, combustibles a precios inalcanzables, alimentos que se pudren antes de poder cocinarse y un colapso en los servicios básicos que golpea especialmente a niños, ancianos y madres cuidadoras.
Mientras tanto, las autoridades continúan sin ofrecer un plan de solución real ni un cronograma creíble, limitándose a explicaciones repetidas y promesas que la vida diaria desmiente.
Cada nuevo apagón, cada alimento perdido, cada noche en vela aumenta la sensación de abandono y desesperanza entre los cubanos.
El video no es solo un desahogo: es una denuncia directa de una población asfixiada y una radiografía de un país donde la supervivencia se ha convertido en la única rutina posible.
Preguntas frecuentes sobre la crisis energética y social en Cuba
¿Cuál es la situación actual de los apagones en Cuba?
Los apagones en Cuba son prolongados y frecuentes, con cortes que superan las 24 horas en algunas zonas. Esta situación afecta gravemente la vida diaria de los cubanos, generando pérdidas de alimentos y complicaciones en las tareas domésticas básicas.
¿Cómo afecta la crisis energética a las familias cubanas?
La crisis energética en Cuba impacta negativamente en las familias, que enfrentan escasez de alimentos, problemas para cocinar y conservar los alimentos, y dificultades para realizar actividades cotidianas debido a la falta de electricidad y agua. Además, el estrés y la incertidumbre sobre la disponibilidad de servicios básicos afectan la salud mental de la población.
¿Qué alternativas tienen los cubanos ante la falta de electricidad y gas?
Ante la falta de electricidad y gas, los cubanos recurren a métodos alternativos como el uso de cocinas de carbón, plantas eléctricas privadas y ventiladores portátiles. Sin embargo, estas soluciones son limitadas debido al alto costo de los combustibles y la escasez de recursos en el país.
¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno cubano ante esta crisis?
La respuesta del gobierno cubano ha sido insuficiente y vaga, con promesas de mejoras en el sistema eléctrico que no se han materializado. La falta de un plan de acción concreto y la repetición de explicaciones sin resultados visibles han generado desconfianza y desesperanza entre la población.
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