El gobierno municipal de Sancti Spíritus racionó la venta de picadillo y embutidos, debido a la escasez de alimentos que sufre ese territorio, anunció su vicepresidente, Santiago Hernández Núñez, quien justificó la nueva medida, como respuesta a quejas de la población.
Además de picadillo y embutidos, el gobierno de la ciudad de Sancti Spíritus mantiene racionados los huevos, ron, cigarros, azúcar, galletas, vinagre y otros procedentes de la industria láctea y la pesca; racionamiento que también abarca a las tiendas dolarizadas Caribe y Cimex, la Feria Agropecuaria, los Mercados Ideal y otros puntos de la ciudad, que exigirán la Libreta, en sus ventas al público, detalló el funcionario.
La medida, que entró en vigor "hace unos días", es la respuesta de las autoridades municipales a quejas de los espirituanos por el comportamiento de acaparadores y revendedores de alimentos y otros productos de alta demanda, explicó Hernández al periódico Escambray.
La Libreta como documento regulador hace más equitativa la venta y se trata de poner freno a los compradores extraterritoriales, que llegan hasta la ciudad en busca de cualquier mercancía y las adquieren en grandes cantidades, sostuvo el funcionario.
La venta de carne de cerdo y sus derivados sigue siendo libre, pero las autoridades han tenido que racionar también el pan; estableciendo una cuota de 600 gramos por espirituano, cada cinco días.
Para el vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Sancti Spíritus resulta lógico aplicar el racionamiento en la cabecera provincial y no en comunidades pertenecientes al municipio, pues en ellas hay menos núcleos familiares y “por lo general las personas adquieren las mercancías de manera más equitativa y ordenada”, opinó.
Con el salario mínimo fijado en 2100 pesos cubanos tras el “ordenamiento económico” decretado a finales del 2020, los espirituanos han tenido que pagar en mayo hasta 700 pesos (un tercio del salario mínimo) por un litro de aceite comestible; un producto “desaparecido” de las tiendas espirituanas, incluidas las llamadas MLC o de “recuperación de divisas”.
"Tan desaparecido está el aceite que ni siquiera se le encuentra en las tiendas en MLC, donde hace unos meses se comercializaba en formatos de cinco y hasta de 20 litros", cuestionó un reportaje del programa 'VisionEs', del periódico local.
"Y ni soñar con comprar manteca de cerdo", precisó la presentadora, quien denunció que en los mercados agropecuarios los vendedores ya no separan la grasa de la carne como solían hacer, sino que, aprovechando la escasa oferta y la alta demanda, venden "la libra de carne de puerco con grasa incluida a 250 pesos".
En el mismo espacio, la periodista aprovechó para criticar el sistema de rotación de ventas por la libreta de abastecimiento aplicado en las tiendas Caribe y Cimex, por la desigual frecuencia con que se venden productos de alta demanda en unas y otras.
A finales de abril, el periódico Escambray avisó que en mayo las autoridades locales continuarían sin poder vender yogur de soya a los niños de entre siete y 13 años porque no había materias primas para elaborar el alimento. Luego de meses sin materia prima para la elaboración de yogur de soya, recientemente la Industria de Productos Lácteos Río Zaza de Sancti Spíritus reanudó su producción.
Por las mismas fechas, trascendió la noticia de la venta en Taguasco de un pan elaborado con harina de producción nacional de baja calidad y un extensor de plátano. "Total falta de respeto; como si los cubanos fuéramos cerdos. Pero vamos por más… por más panes peores que ese", se quejó un usuario espirituano de redes sociales.
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