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Estados Unidos avanza en su ofensiva diplomática y militar contra el Cártel de los Soles y el régimen de Nicolás Maduro.
Según reveló el diario ABC, el secretario de Estado Marco Rubio se encuentra en negociaciones para sumar al despliegue caribeño a México, Canadá, Italia, Reino Unido y Francia, mientras que España estaría de momento excluida de las conversaciones por tensiones políticas y estratégicas con Washington.
Fuentes diplomáticas consultadas por el medio español señalan que la administración Trump busca un frente internacional amplio contra el narcotráfico venezolano, elevando el rango de la operación militar en el Caribe a una coalición multinacional.
La ausencia de España en ese marco ha generado lecturas sobre el enfriamiento de las relaciones bilaterales, en un momento en el que la política exterior de Madrid se aproxima a China y mantiene nexos con figuras ligadas al chavismo.
España, en la mira de Washington
El distanciamiento se explica, según ABC, por los acuerdos del gobierno de Pedro Sánchez con Huawei, que incluyen la gestión de datos sensibles de escuchas policiales. Dos congresistas estadounidenses enviaron la semana pasada una carta advirtiendo que esos contratos representan un riesgo de seguridad nacional.
El malestar crece además por la influencia del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en la diplomacia española. Zapatero, figura clave del Grupo de Puebla, ha defendido al chavismo en foros internacionales y mantuvo silencio tras las elecciones venezolanas de 2024, no reconocidas por gran parte de la comunidad internacional.
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Operación militar en marcha
En paralelo a la ofensiva diplomática, la Casa Blanca continúa ampliando su despliegue naval en el Caribe.
En próximos días el USS Lake Erie, un crucero de misiles guiados, y el USS Newport News, un submarino nuclear de ataque rápido, se unirán a los tres destructores ya posicionados frente a Venezuela y a un escuadrón anfibio con 4,500 efectivos, incluidos 2,200 marines.
El objetivo declarado, según fuentes consultadas por ABC, es destruir la infraestructura del narcotráfico venezolano: pistas clandestinas, centros logísticos, depósitos de armas y puentes utilizados por el Cártel de los Soles.
Washington sostiene que este grupo, presuntamente encabezado por altos mandos del chavismo y el propio Maduro, aporta unos 500 millones de dólares mensuales al régimen.
Respaldo internacional creciente
Francia ya confirmó que enviará medios navales y terrestres a Guadalupe para reforzar la vigilancia marítima, mientras que Trinidad y Tobago se comprometió a ofrecer su territorio y aguas territoriales a la operación estadounidense.
“Por primera vez en la era moderna estamos verdaderamente a la ofensiva contra los cárteles organizados”, aseguró Rubio al presidente Donald Trump en una reunión de gabinete, según cita ABC.
En tanto, Italia y Reino Unido han mostrado disposición a estudiar su participación, mientras México y Canadá evalúan su implicación en un marco de cooperación norteamericana ampliada.
Caracas se atrinchera
Desde Caracas, la reacción no se hizo esperar. Maduro anunció la movilización de 15,000 efectivos de seguridad y la activación de 4,5 millones de milicianos en todo el país.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, detalló patrullajes con drones, buques de guerra y vigilancia fluvial en zonas estratégicas como el golfo de Venezuela y el lago de Maracaibo.
A su vez, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, presentó un mapa con las rutas del narcotráfico en la región, acusando a Washington de montar una operación “colonial” para apropiarse de los recursos venezolanos. “Nos preparamos para lo peor”, dijo en su más reciente programa semanal Con el mazo dando.
Una escalada con horizonte abierto
La decisión de excluir a España deja en evidencia el nuevo eje de cooperación transatlántica en torno al Caribe, en el que Washington apuesta por socios que considera más confiables.
Para analistas consultados por ABC, el movimiento busca blindar la operación militar de legitimidad internacional y aislar aún más al régimen chavista.
Mientras tanto, el riesgo de una confrontación directa crece. Con buques de guerra estadounidenses ya desplegados, la militarización del Caribe abre un escenario que recuerda a los episodios más tensos de la Guerra Fría, pero con un protagonista distinto: el narcotráfico convertido en amenaza global.
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