La crisis energética en Cuba alcanzó este martes un nuevo pico de gravedad, con un déficit de generación eléctrica que supera los 1,600 megavatios (MW), según el parte oficial de la Unión Eléctrica (UNE).
La máxima afectación registrada en la jornada anterior fue de 1,587 MW a las 21:30 horas, coincidiendo con el horario de mayor demanda y con lo pronosticado la víspera por la empresa estatal.

Este repunte en las afectaciones marca un retorno a los niveles críticos que se mantuvieron durante los últimos días de mayo, cuando el país sufrió apagones constantes que superaban los 1,500 MW.
Curiosamente, tras la ola de protestas universitarias desatadas por el alza de tarifas de ETECSA y la indignación ciudadana, las cifras comenzaron a descender, registrándose durante una semana niveles en torno a los 1,100 MW. Sin embargo, la tendencia fue efímera.
A las 07:00 horas de este martes 10 de junio, la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era de 1,860 MW frente a una demanda de 3,040 MW, lo que resultó en 1,193 MW afectados por déficit de capacidad.
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Para el horario pico se estima una demanda máxima de 3,500 MW con una disponibilidad proyectada de 1,940 MW, lo que, según cálculos de la UNE, resultará en una afectación de 1,630 MW.
Las principales incidencias incluyen averías en la Unidad 5 de la Central Termoeléctrica (CTE) Nuevitas y la Unidad 2 de la CTE Felton.
Además, varias unidades están en mantenimiento, como la Unidad 5 de la CTE Mariel, la Unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la Unidad 4 de la CTE Cienfuegos, la Unidad 6 de la CTE Diez de Octubre y la Unidad 5 de la CTE Renté. Las limitaciones térmicas mantienen 323 MW fuera de servicio.
La falta de combustible agrava la situación, con 67 centrales de generación distribuida y 469 MW afectados, además de 74 MW fuera de servicio por falta de aceite en motores de generación distribuida, sumando un total de 543 MW afectados por esta causa.
La producción de energía de los 16 nuevos parques solares fotovoltaicos fue de 1.667 MWh, con una máxima potencia entregada de 424 MW en el horario de la media.
Este panorama se presenta en un contexto de creciente malestar social, exacerbado por el reciente aumento de tarifas impuesto por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), que ha generado protestas en diversas regiones del país.
La maltratada población enfrenta jornadas enteras sin electricidad, afectando la conservación de alimentos, el acceso al agua y el funcionamiento de servicios esenciales como hospitales y escuelas.
A pesar de los esfuerzos por incorporar fuentes de energía renovable y realizar mantenimientos en las centrales termoeléctricas, la crisis energética persiste, y la población cubana continúa enfrentando apagones prolongados y frecuentes.
Con las temperaturas elevadas y el aumento del consumo doméstico, las perspectivas no son alentadoras. La ciudadanía, que ya afronta restricciones económicas, ahora vuelve a enfrentar jornadas completas sin electricidad, afectando no solo la vida cotidiana, sino también servicios esenciales.
La aparente mejora tras las protestas se desvanece, y todo indica que los apagones volverán a ser parte del panorama habitual del verano cubano.
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