Un economista cubano reconoció públicamente la existencia de pobreza y mendicidad en la isla, durante una reciente emisión del programa En Línea, transmitido por el telecentro provincial Perlavisión en Cienfuegos, en un momento en que el régimen atraviesa una fuerte polémica por el manejo oficial de estas problemáticas sociales.
En el espacio televisivo, Andrés Martínez Ravelo, presentado como profesor universitario, afirmó que no basta con hablar de “vulnerabilidad”, sino que en Cuba existen personas pobres y mendigos, aunque las cifras oficiales minimicen esa realidad.
“Hay vulnerabilidad y hay pobreza y hay mendicidad. Y no lo decimos porque sea un término, sino porque son elementos que han aparecido en los informes de Cuba ante las Naciones Unidas de manera reiterada durante tres años”, subrayó.
El economista matizó que los datos reportados por el Estado, según los cuales menos del 1% de la población sería pobre, no deberían usarse solo como “números de exhibición” ante la ONU, sino como base para diseñar políticas públicas.
“Ese número no puede ser un número de exhibición. Tiene que ser un número para establecer políticas públicas y, sobre todo, para que haya transparencia”, afirmó con cautela.
Martínez Ravelo recordó que las encuestas de ingresos y gastos de los hogares, así como el censo de población, muestran problemas estructurales como viviendas con piso de tierra, falta de servicios sanitarios y bajos ingresos familiares, indicadores que evidencian la persistencia de la pobreza en el país.
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Estas declaraciones televisivas llegan apenas semanas después de que el primer ministro Manuel Marrero reconociera en el Parlamento que más de 310 mil personas viven actualmente en situación de pobreza o vulnerabilidad social en Cuba, contradiciendo los informes presentados en Naciones Unidas que hablaban de índices mínimos.
Ese reconocimiento oficial se produjo tras la controversia nacional generada por la exministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, quien aseguró que en Cuba “no existen mendigos”, sino personas “disfrazadas”, a quienes calificó además de “borrachos” y “simuladores”. Sus palabras provocaron tal indignación social que el Buró Político del Partido Comunista y el Consejo de Estado aceptaron su renuncia días después.
Un país en crisis
El debate televisivo en Cienfuegos también abordó la necesidad de que la crisis económica se convierta en oportunidad para revisar prioridades y atender a los más desfavorecidos.
“Si hay uno solo ya es una preocupación, y si son muchos es una tremenda preocupación”, reconoció el académico, quien, de acuerdo al diario oficialista 5 de Septiembre, donde también escribe, fue director de la Oficina Municipal de Estadísticas en Cienfuegos y miembro de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec), e insistió en que las estadísticas deben reflejar las condiciones reales que viven los cubanos y no servir únicamente como vitrina internacional.
El reconocimiento público de la pobreza y la mendicidad en un medio provincial estatal refleja la fractura entre el discurso oficial y la realidad cotidiana de la isla, donde cada vez más ciudadanos dependen de la caridad, las remesas y la supervivencia diaria frente a la escasez y el deterioro de los servicios básicos.
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