El presidente Donald Trump aseguró que el prometido cheque de 2,000 dólares financiado con ingresos por aranceles llegará “en algún momento del próximo año”, una afirmación que mantiene viva la esperanza de millones de estadounidenses, pero que también levanta serias dudas sobre su viabilidad legal, financiera y política.
El mandatario habló a bordo del Air Force One, durante un vuelo hacia Florida el viernes, y defendió que estos pagos no serían “dinero inventado”, sino recursos “reales” que, según él, provienen de otros países a través de su política arancelaria.
“Cuando yo pago 2,000 dólares por persona… eso es dinero real, no inventado. Eso viene de otros países”, dijo en un video difundido por la cuenta Rapid Response 47.
La declaración ocurre en medio de un clima político tenso, con tribunales que cuestionan la autoridad presidencial para imponer aranceles bajo poderes de emergencia y con legisladores reacios a respaldar nuevas medidas de gasto en plena crisis fiscal.
Una promesa que sigue sin aterrizar
Trump lleva semanas insistiendo en que su política comercial ha convertido a Estados Unidos en un país “más rico y respetado”, capaz de repartir un dividendo de al menos 2,000 dólares por persona, excepto para quienes tengan ingresos altos. Lo presentó como una especie de “reparto de ganancias” generado por las tarifas a productos extranjeros.
Pero la Casa Blanca sigue sin explicar cómo ni cuándo se entregarían los pagos. La secretaria de prensa Karoline Leavitt afirmó hace días que el presidente “está comprometido” con la idea y que su equipo analiza “todas las opciones legales”. No ofreció fechas ni detalles.
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El secretario del Tesoro, Scott Bessent, por su parte, enfrió el entusiasmo. Dijo que los beneficios “podrían venir en muchas formas”, desde recortes fiscales hasta deducciones por propinas u horas extra, y admitió que no existe una propuesta formal. “No la estamos presentando al Senado ahora mismo”, aclaró.
Números que no cuadran
Las cifras tampoco favorecen la promesa. El gobierno federal recaudó 195 mil millones de dólares en aranceles en el último año fiscal, pero solo un cheque de 2,000 dólares por persona para los aproximadamente 150 millones de adultos de ingresos medios y bajos costaría cerca de 300 mil millones. Y eso sin contar dependientes, menciona Forbes.
Economistas advierten que un programa de esa magnitud incrementaría el déficit y podría generar presiones inflacionarias, como ocurrió con los cheques de estímulo durante la pandemia.
Para cubrir la diferencia, la administración de Trump ha sugerido que podría basarse en ingresos arancelarios “anticipados”, proyectados en tres billones de dólares para la próxima década, una maniobra fiscal sin precedentes y que probablemente enfrentaría desafíos legales.
Sin embargo, esta no es la primera vez que Trump propone un pago masivo sin un plan claro. En febrero habló de un “DOGE dividend” de 5,000 dólares financiado con supuestos ahorros del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Elon Musk; ese cheque nunca se materializó.
Tampoco ha avanzado el proyecto del senador Josh Hawley para enviar cheques de hasta 2,400 dólares con dinero de aranceles. No ha sido votado y no cuenta con respaldo suficiente en el Congreso.
Entre la esperanza y el desconcierto
La idea del “tariff dividend” ha ganado atracción en redes sociales, donde usuarios de bajos ingresos, familias migrantes y trabajadores hispanos, muchos de ellos cubanos, preguntan a diario si realmente “viene un cheque”.
La mezcla de mensajes contradictorios desde la Casa Blanca alimenta más confusión. Trump promete pagos directos; su Tesoro habla de recortes fiscales; los asesores económicos dicen que no hay propuesta; y la Corte Suprema analiza si los aranceles que supuestamente financiarían ese dividendo son siquiera legales.
Aun así, Trump insistió nuevamente desde el avión presidencial: “Los pagos vienen. En algún momento del próximo año, durante el año”.
Por ahora, la promesa del cheque arancelario se mueve entre el entusiasmo de quienes lo necesitan y la incertidumbre de un plan que no termina de existir sobre el papel.
Preguntas frecuentes sobre el prometido cheque de 2,000 dólares de Trump
¿Qué es el "cheque arancelario" de 2,000 dólares prometido por Trump?
El "cheque arancelario" es una promesa de Donald Trump de entregar 2,000 dólares a cada ciudadano estadounidense, supuestamente financiado con los ingresos por aranceles. Trump asegura que estos fondos provendrían de las tarifas impuestas a productos extranjeros, pero no se ha presentado un plan concreto para su implementación.
¿Cuándo se entregará el cheque de 2,000 dólares?
No hay una fecha concreta para la entrega del cheque. Aunque Trump ha mencionado que los pagos llegarían "en algún momento del próximo año", la Casa Blanca sigue explorando opciones legales y técnicas para su viabilidad, pero no ha ofrecido un calendario preciso.
¿Es viable la promesa del cheque arancelario de Trump?
Hay serias dudas sobre la viabilidad legal, financiera y política de esta promesa. El costo estimado del programa excede los ingresos actuales por aranceles, y economistas advierten que podría aumentar el déficit y generar presiones inflacionarias. Además, la propuesta enfrenta desafíos legales y aún no cuenta con el apoyo suficiente en el Congreso.
¿Cómo se financiaría el cheque de 2,000 dólares?
Trump afirma que el cheque se financiaría con los ingresos por aranceles, proyectando ingresos futuros de tres billones de dólares en la próxima década. Sin embargo, este enfoque enfrenta críticas por falta de precedentes y posibles problemas legales, y no hay un plan formal presentado.
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