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Cubana vendedora de "felpitas" que se volvió viral cuenta lo sucedido

Milán se siente estafada y Mantilla defiende su honradez en el negocio de las “felpitas”, mientras a una gran parte de los cubanos se les cae el pelo por llevar algo de comida al hogar.

La joven cubana vendedora de "felpitas", Lili Mantilla © Captura de video Facebook / Cubita NOW
La joven cubana vendedora de "felpitas", Lili Mantilla Foto © Captura de video Facebook / Cubita NOW

Este artículo es de hace 2 años

La venta “mayorista” de 20 paquetes con 50 “felpitas” cada uno desembocó en un problema entre la clienta y la vendedora que se aireó en las redes sociales, convirtiéndose en fuente de memes y un fenómeno viral entre los cubanos.

El rocambolesco episodio comenzó cuando la compradora, identificada como Lucía Milán, envió a su marido a comprar 20 paquetes de gomas elásticas para recogerse el pelo, conocidas como “felpitas”, que vendía la joven cubana Lili Mantilla.

Según denunció la primera en redes sociales, dos paquetes traían solo 49 “felpitas”, motivo por el cual reclamó a la vendedora que le repusiese el faltante, es decir, 2 “felpitas” o que le reintegrase el dinero de esos dos paquetes en su cuenta MLC, desde la cual había efectuado el pago.

Mantilla le propuso que viniese o enviase a alguien a por las dos “felpitas”, pero Milán se negó y exigió que las trajese la vendedora hasta su casa o que, en su defecto, le reintegrase el dinero de esos dos paquetes.

Ante la posición de la clienta, Mantilla dijo que solo reintegraba el dinero si le devolvían antes los dos paquetes “defectuosos” de “felpitas”. El diferendo comercial llegó entonces a un punto muerto en el que la compradora mantuvo sus acusaciones de estafa y la vendedora defendió la honradez de su negocio de “felpitas”.

Meme en redes sociales sobre las "felpitas"

La controversia Milán VS Mantilla llegó a las redes sociales y los cubanos encontraron un motivo para la risa en las dos “felpitas” objeto de discusión. El aluvión de memes no se hizo esperar, provocando incluso una directa de la vendedora para explicar su versión de los hechos, convertida casi en una estrella de las redes por obra y gracia de dos “felpitas” que le faltaron a la disgustada compradora.

El paquete de 50 “felpitas” que vende Mantilla cuesta 180 pesos cubanos, lo que significa que Milán pagó 7,20 pesos por dos ligas de pelo que no recibió; o lo que es lo mismo, el equivalente a un salario completo de los antiguos reclutas del ejército cubano, conocidos como “7 pesos”.

Meme en redes sociales sobre las "felpitas"

En medio de las agudas carencias de alimentos, medicinas y justicia que afronta la población, aplastada por el encarecimiento de la vida tras la unificación monetaria conocida como “tarea ordenamiento”, el desproporcionado “diferendo de las felpitas” ha venido a poner una nota de absurdo en medio de la triste realidad de los cubanos, que han optado en redes sociales por burlarse del incidente con memes, generando un tráfico enorme sobre un asunto frívolo e intrascendente que les ha servido de “evasión” sobre sus más urgentes y vitales preocupaciones.

“Buenas noches, hoy me pasó algo feo y quiero comentarlo con todas para que no les suceda lo mismo. Resulta que vi en Facebook una muchacha que vende paquetes de felpas y me pareció buena idea invertir en eso para, ustedes saben, revender”, informó Milán en el chat del portal Todo bebés en La Habana.

Captura de pantalla Facebook con denuncia de la compradora

La inversora de 3,600 pesos (unos 60 dólares en el mercado informal) también se quejó de que su esposo le propuso una rebaja del precio, teniendo en cuenta la cantidad de paquetes de “felpitas” que compraba. Pero “la muchacha, muy payasa ella, no quiso bajarle el precio porque según ella tiene muchos clientes y no sé qué muela más”.

Milán se siente estafada y Mantilla defiende su honradez en el negocio de las “felpitas”, mientras a una gran parte de los cubanos se les cae el pelo por llevar algo de comida al hogar, al mismo tiempo que tratan de entender qué está pasando en su país, donde unos jóvenes convocan a una Marcha Cívica por el Cambio para el 15N y las autoridades insisten en que son “mercenarios y desestabilizadores”, y que Cuba no necesita un cambio, sino avanzar en el desarrollo de la empresa socialista para que mañana los ciudadanos disfruten de un mercado abierto y transparente de “felpitas”.

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