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Raúl Castro, quien en 2019 impulsó el límite de 60 años para acceder por primera vez a la Presidencia de la República, propuso ahora su eliminación, y la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) aprobó la reforma constitucional en una votación sin disensos ni debate visible.
La iniciativa no vino del parlamento ni de un movimiento popular. Fue el propio Castro, de 94 años, quien solicitó el cambio al Buró Político del Partido Comunista, según reveló el presidente de la ANPP, Esteban Lazo, de acuerdo con el portal oficialista Cubadebate.
Fue avalada después por el Consejo de Estado y, finalmente, presentada al plenario del órgano legislativo, donde los 440 diputados presentes en votación nominal dijeron “sí”, sin objeción alguna.
La enmienda suprime el segundo párrafo del artículo 127 de la Constitución, el que establecía el límite de edad para postularse al cargo por primera vez. Lazo explicó que el objetivo es no excluir a personas “en pleno uso de sus facultades” por razones etarias, especialmente en un contexto de envejecimiento poblacional.
En abril 2016, durante el VII Congreso del PCC, Castro anunció que se fijaría un límite de 60 años como edad máxima para ingresar al Comité Central del PCC y de 70 años para desempeñar puestos de dirección en la organización.
Esos límites, junto a la propuesta que hizo en el anterior congreso comunista (abril de 2011) para ocupar responsabilidades políticas solo por un máximo de dos periodos consecutivos, “garantizará desde la base el rejuvenecimiento sistemático en todo el sistema de cargos partidistas”, dijo el entonces mandatario y primer secretario de la organización ante el VII Congreso del PCC.
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Luego, el anteproyecto de Constitución de la República discutido en 2018 y finalmente aprobado en 2019, también introdujo la limitación de edad para el ejercicio del nuevo cargo de presidente de la República, pero solo para el primer mandato: en ese caso deberá tener entre 35 y 60 años.
Hoy, el argumento cambia: la prioridad sería aprovechar la experiencia de figuras mayores, siempre que hayan demostrado “fidelidad” a la Revolución. No se planteó consulta popular para esta modificación, pues no afecta atribuciones ni plazos de mandato, de acuerdo con el artículo 228 de la Constitución.
Diputados como Edelso Pérez, Raúl Alejandro Palmero y Yaisel Peter Terry defendieron la “flexibilidad” de la Carta Magna y justificaron la enmienda por razones demográficas y políticas.
“Esto no tiene que ver con los períodos de mandato del presidente ni con sus atribuciones, sino con un requisito que, en 2019, era necesario. En la Cuba de hoy, lo imprescindible es cumplir con un alto compromiso con la patria y el pueblo. Lo presentado no contradice ningún artículo constitucional”, sostuvo Peter Terry, diputado por Ranchuelo, Villa Clara.
Por su parte Palmero, diputado por Arroyo Naranjo y primer secretario de la UJC en La Habana, apuntó que los sistemas jurídicos y políticos deben adaptarse a los tiempos que corren y que “ahora, esta reforma favorece el acceso de un mayor número de personas al cargo”.
El discurso dominante giró en torno a la necesidad de adaptación y continuidad. Se insistió en que la reforma no contradice principios constitucionales, sino que responde a “circunstancias actuales”.
Desde 2019, el país reporta un decrecimiento de la población al registrarse más defunciones que nacimientos, según informó en 2024 el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
Al cierre de 2024, el 25,7 % de la población cubana tenía 60 años o más, de acuerdo con los últimos datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
A esto se suma que más de 250,000 cubanos abandonaron la isla en 2024, según cifras oficiales de la ONEI, en un año marcado también por el menor número de nacimientos en seis décadas, un aumento en el número de muertes y un decrecimiento poblacional sostenido respecto a 2023.
La población residente en Cuba se ha reducido de forma alarmante en los últimos años y, según un estudio independiente del reconocido economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, ya se situaría por debajo de los ocho millones de personas, lo que representa una caída del 24 % en apenas cuatro años, una cifra que el autor compara con escenarios de guerra.
Sin embargo, el cambio deja claro quién sigue marcando el ritmo de las decisiones de Estado. Castro no solo promovió el límite que impuso en 2019, sino que ahora promueve su retiro, sin que nadie cuestione el giro en la ANPP, definido como el “órgano supremo del poder del Estado”, el cual “representa a todo el pueblo y expresa su voluntad soberana”, según el artículo 102 de la Constitución de la República.
Este viernes, el cierre de sesiones del quinto período ordinario de sesiones de la ANPP estuvo marcado por un show protagonizado por el propio Castro, dando gritos en apoyo al presidente Miguel Díaz-Canel.
La escena fue compartida en un post oficial de la Presidencia de Cuba, que calificó las sesiones como “una auténtica Asamblea del pueblo”.
Díaz-Canel, de pie detrás del exmandatario, respondió con un “¡Y viva Raúl!”, completando un espectáculo político que buscó reafirmar públicamente la unidad en el liderazgo del régimen cubano, en medio de una semana marcada por controversias.
Estas sesiones legislativas también estuvieron marcadas por el escándalo de la ahora exministra de Trabajo, tras sus polémicas declaraciones asegurando que en Cuba no hay mendigos sino “personas disfrazadas” de pobres.
Una de las comisiones del parlamento aplaudió las declaraciones de Marta Elena Feitó, sin dirigirle ni una observación, pero cuando su discurso salió a los medios, se desató la ola de críticas en redes sociales. Esto obligó a Díaz-Canel a pronunciarse en contra de la funcionaria que finalmente fue expulsada de su cargo.
Castro aprovechó el cierre de la Asamblea para manifestar públicamente su respaldo al actual mandatario, en lo que muchos interpretan como un gesto de control ante las turbulencias sociales, económicas y políticas que atraviesa la isla.
Preguntas frecuentes sobre la reforma constitucional en Cuba y la eliminación del límite de edad presidencial
¿Por qué se eliminó el límite de edad para ser presidente en Cuba?
Raúl Castro propuso eliminar el límite de edad de 60 años para acceder por primera vez a la Presidencia de Cuba, argumentando que es necesario aprovechar la experiencia de figuras mayores en un contexto de envejecimiento poblacional. Esta propuesta fue aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular sin consulta popular.
¿Cuál es el impacto de eliminar el límite de edad en la política cubana?
La eliminación del límite de edad permite a líderes mayores, como Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, continuar en el poder o ser reelegidos. Esta medida refuerza la continuidad del régimen sin alternancia generacional, en un contexto de crisis económica y social en Cuba.
¿Se realizó una consulta popular para esta reforma constitucional?
No se realizó una consulta popular para esta modificación constitucional. Según el régimen, la reforma no afecta las atribuciones ni los plazos de mandato, por lo que no requería un referendo según el artículo 228 de la Constitución.
¿Qué argumentos se utilizaron para justificar la reforma del límite de edad presidencial?
Los argumentos presentados incluyen el aprovechamiento de la experiencia de personas mayores y la adaptación a las circunstancias actuales de envejecimiento poblacional. Se resaltó la necesidad de no excluir a personas en pleno uso de sus facultades por razones de edad y de contar con un alto compromiso con la patria y el pueblo.
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