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El servicio de transporte en Matanzas sobrevive a duras penas, pues solo 63 de 129 ómnibus están activos, equivalente al 48,8 % del parque automotor disponible.
Al mismo tiempo faltan rutas urbanas y el combustible alcanza apenas para cubrir necesidades esenciales, mientras el sector privado impone tarifas elevadas y no reguladas, reflejó un reportaje del periódico oficial Girón.
La terminal de ómnibus de Matanzas refleja la crisis: pasajeros esperando de pie, preocupados por el dinero, el tiempo y las condiciones de los vehículos.
Muchos se resignan a largas esperas o viajes incómodos, mientras comentan que el transporte actual es un lujo, comparable solo a la escasez del Período Especial.
De acuerdo con el medio de prensa, la ciudad de Matanzas solo conserva nueve rutas del servicio urbano en funcionamiento, que la mayoría del tiempo deben cubrir necesidades relacionadas con la Salud o Educación.
Asimismo, programas de transporte escolar y de canasta familiar consumen parte significativa del 32 % de combustible disponible.
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Roberto Bernal Villena, director provincial de Transporte, reconoce que priorizar a todos los sectores es imposible, debido a la limitación de recursos.
Un caso aparte es el de los trabajadores del Turismo, cuyo servicio de transporte se mantiene como prioridad para la economía nacional, indicó Edonni López Estévez, director de la UEB Transmetro de Cárdenas.
López detalló que el sector recibe una asignación protegida de combustible de unos 8,000 litros diarios para la transportación Matanzas-Cárdenas y 6,500 litros solo para Cárdenas.
Pese a esta excepción, el director enfatizó que la empresa tiene 143 ómnibus activos de 233, solo el 61,4 %, “una reducción para nada despreciable”, dijo.
El transporte privado emerge como alternativa, aunque con tarifas hasta cinco veces superiores a las establecidas por los Consejos de la Administración.
Por ejemplo, ir y virar de Colón a Matanzas puede salir en 1,000 pesos, mientras que estudiantes universitarios de Cárdenas, sin beca, deben desembolsar hasta 600 pesos para trasladarse y regresar de la capital provincial, algo imposible de sostener para miles de familias, reconoció el medio.
Muchos choferes recurren al mercado negro para adquirir combustible. Un litro de gasolina puede costar entre 500 y 800 pesos, o deben pagarla en dólares, a lo cual se agrega el coste del mantenimiento del vehículo, el pago a trabajadores y demás gastos, algo que encarece aún más los viajes.
La supervisión de estas unidades resulta insuficiente, y la población enfrenta precios altos sin mecanismos digitales eficaces para pagar.
Para paliar la situación, la provincia ha recurrido a triciclos eléctricos y de combustión, así como a normas de “transporte solidario” obligando a vehículos estatales a recoger pasajeros hasta su capacidad máxima.
Entre el 22 de mayo y el 30 de septiembre, estas medidas han beneficiado a más de un millón de personas, aunque 34 choferes fueron sancionados por incumplimiento, según la fuente.
Autoridades insisten en la necesidad de empatía y colaboración de los choferes y de la población.
Recientemente, se anunció que “pronto” comenzarán a circular cinco ómnibus propulsados por biometano en el municipio matancero de Martí, como parte de un proyecto para “apostar por la soberanía energética” y un modelo de transporte “carbón neutro”.
En provincia como Sancti Spíritus, se han incorporado nuevos microbuses eléctricos al servicio de pasajeros y prevé completar una flota de 40 vehículos, una cifra que resulta insuficiente ante la crisis del transporte en la provincia y el país.
El transporte público en Santiago de Cuba se encuentra colapsado, con rutas paralizadas y escasez de piezas, combustible y vehículos. Las soluciones improvisadas, como el “transporte solidario” o el uso de medios arrendados como ambulancias y carros fúnebres, apenas palían la crisis.
Se trata de una estrategia que ya impulsa la vecina provincia de Guantánamo por parte de choferes de taxis, algunos cuentapropistas bajo la modalidad de contrato. La acción promovida por la Empresa Cubataxi en ese territorio busca aliviar el traslado de pasajeros, especialmente en las zonas de mayor demanda, ofreciendo viajes gratuitos en las primeras horas del día.
A inicios de junio, tras un recorrido por el oriental territorio, el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, publicó un informe donde informaba que solo 126 de las 196 rutas funcionan (64,3%), muchas con frecuencias reducidas debido a la falta de combustible, lubricantes y al deplorable estado de los caminos.
Preguntas frecuentes sobre el transporte público en Matanzas y Cuba
¿Cuál es la situación actual del transporte público en Matanzas?
El transporte público en Matanzas está operando con menos de la mitad de su capacidad, ya que solo 63 de los 129 ómnibus están activos, lo que representa el 48,8% del parque automotor disponible. Las rutas urbanas son escasas y el combustible es insuficiente, priorizándose sectores como Salud y Educación.
¿Por qué el transporte privado es una opción costosa en Matanzas?
El transporte privado en Matanzas resulta caro debido a tarifas que pueden ser hasta cinco veces superiores a las reguladas, con precios como 1,000 pesos para un viaje de ida y vuelta a Colón. El costo elevado se debe al precio del combustible en el mercado negro y los gastos de mantenimiento del vehículo.
¿Qué medidas se están implementando en Matanzas para mejorar el transporte?
Para mejorar el transporte en Matanzas, se han introducido triciclos eléctricos y de combustión y se han aplicado normas de "transporte solidario" que obligan a vehículos estatales a recoger pasajeros. Además, se espera la incorporación de ómnibus propulsados por biometano como parte de un proyecto sostenible.
¿Cómo afecta la crisis del transporte en Matanzas a los distintos sectores de la población?
La crisis del transporte en Matanzas afecta a estudiantes, trabajadores y la población en general, quienes enfrentan largas esperas y viajes incómodos. Sectores como el Turismo reciben prioridad en el suministro de combustible, mientras que otros deben lidiar con la escasez y el costo elevado del transporte privado.
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