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Un vuelo privado con matrícula venezolana, vinculado a la cúpula del poder cubano y en particular a Raúl Guillermo Rodríguez Castro —nieto del general Raúl Castro y conocido como “El Cangrejo”—, ha vuelto a despertar sospechas sobre las conexiones entre La Habana y Caracas en plena escalada de tensión en el Caribe.
El jet ejecutivo Hawker 800XP2, con registro YV654T, despegó este martes desde La Habana rumbo a Caracas y regresó a la capital cubana en horas de la mañana de este miércoles, según registros del portal especializado Flightradar24.
La aeronave aterrizó en la capital cubana poco después del amanecer, tras un vuelo nocturno cuya ruta evitó deliberadamente zonas con presencia militar estadounidense en Jamaica, Bahamas y el Caribe occidental.
El periodista Mario J. Pentón, quien difundió el trayecto del avión en la red social X, señaló: “Llama la atención la ruta seguida, cuidadosamente trazada para evitar zonas con presencia militar estadounidense. ¿Se trató de una visita rutinaria o de una gestión urgente entre La Habana y el régimen de Nicolás Maduro?”.
El movimiento de esta aeronave se suma a una cadena de vuelos sospechosos detectados en las últimas semanas entre Cuba, Venezuela, Panamá, Curazao y México, protagonizados por jets asociados a GAESA, el conglomerado empresarial de los militares cubanos, y a altos funcionarios de ambos regímenes.
El “Cangrejo” y los viajes secretos de la élite cubana
Investigaciones previas revelaron que Raúl Guillermo Rodríguez Castro, jefe del equipo de seguridad personal de su abuelo y figura clave en la estructura militar cubana, realizó al menos 25 vuelos a Panamá entre 2024 y 2025.
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Los desplazamientos se efectuaron en un Dassault Falcon 900EX, vinculado a GAESA y con matrículas alternadas entre Venezuela y San Marino para dificultar su rastreo.
El nieto de Raúl Castro viaja con pasaporte diplomático, lo que le otorga inmunidad e impide un control migratorio convencional. Entre sus acompañantes se han identificado a ejecutivos de GAESA y familiares cercanos.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba denunció que estos viajes estarían relacionados con operaciones financieras y empresariales en la región, incluyendo movimientos de capital y adquisición de activos bajo estructuras offshore.
México y Venezuela, los puntos de enlace
En fechas recientes, medios mexicanos como Latinus y El Norte reportaron la presencia de un Falcon 900EX ligado a la cúpula cubana estacionado durante varios días en Nuevo León, bajo administración de un consorcio militar mexicano.
Este detalle refuerza la hipótesis de un corredor aéreo discreto entre Cuba, México y Venezuela, utilizado por figuras del poder cubano para misiones políticas y financieras.
La reactivación de estos vuelos coincide con una fase de alta tensión geopolítica. La operación Lanza del Sur, lanzada por Washington con apoyo de Colombia, Panamá y República Dominicana, busca frenar el tráfico de drogas y el movimiento de dinero procedente de regímenes sancionados.
Expertos consideran que los últimos desplazamientos aéreos de altos mandos cubanos podrían estar vinculados a la coordinación de estrategias de defensa y evasión de sanciones.
Privilegios y opacidad en medio del caos
Mientras la cúpula del poder cubano se mueve en jets de lujo, la Isla enfrenta apagones diarios, escasez crónica de alimentos, colapso del transporte y un éxodo masivo.
Los vuelos del “Cangrejo” y de otros dirigentes contrastan de manera brutal con la pobreza que azota a millones de cubanos.
Ni el régimen de La Habana ni el de Caracas han emitido declaración alguna sobre estos movimientos. Pero en un Caribe cada vez más vigilado por Washington y sus aliados, cada trayecto aéreo de la nomenklatura cubana parece una pieza más del tablero geopolítico donde el silencio es tan elocuente como el vuelo mismo.
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