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"Machi" a lo Otaola

El problema no está en que la señora Cuesta vista con mejor o peor estilo; sino en la hipocresía tardocastrista de alabar a Alá y Mahoma, cuando persiguen a religiosos en Cuba, incluidos los seguidores de la Virgen María, ícono occidental con la cabeza cubierta.

Presidente Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta Peraza ©

Este artículo es de hace 1 año

La compañera Lis Cuesta Pereza asumió el Otaola Style en su paso por la gran mezquita de Argel, copiando -parcialmente- el turbado atuendo del comunicador cubano emigrado, pero quien imita fracasa, como descubrió en la viral y jodedora blogosfera patria.

El problema no está en que la señora Cuesta vista con mejor o peor estilo, sino en la hipocresía tardocastrista de alabar a Alá y Mahoma, cuando persiguen a religiosos en Cuba, incluidos seguidores de la Virgen María, ícono occidental con la cabeza cubierta. Y si tanto conmueven los símbolos musulmanes a Díaz-canel y esposa, que se ocupen de la joven cubana Mercedes Olivera, practicante del islam, a la que niegan el pan y la sal.

La Contrainteligencia vigila de cerca a líderes espirituales y de asociaciones fraternales "legales e ilegales" y los miembros de sus congregaciones; como reflejó en su informe sobre el impacto del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos; encargado entonces por Raúl Castro.

El castrismo, pese a su origen y carácter jesuita, lapidó a la Iglesia Católica en Cuba y puso en la mirilla a organizaciones religiosas y de tipo fraternal, a cuyos miembros desterró, encarceló, persiguió y discriminó, durante años; como hizo con cuanto ser humano fue clasificado como extravagante por el entonces poderoso G-2, que no dejó efigie con cabeza, hasta que llegó Mijaíl Gorbachov y mandó a parar, sabiendo que La Habana iba a ser su oveja descarriada porque la revolución cubana no la hicieron el Ejército Rojo ni el Partido Socialista Popular.

Si la casta argelina -corrupta y autoritaria como la verde oliva y enguayaberada- hubiera accedido a soltar petróleo y gas, asistiríamos a un programa acelerado de construcción de mezquitas a ritmo de contingente, y a la mayimbada congraciándose con la diminuta comunidad musulmana en Cuba, donde uno o dos serían diputados a Asamblea Nacional, previa condena del embargo norteamericano y chivatería militante.

Pero los argelinos; gracias a Putin, están haciendo magua dura con los precios del petróleo y gas y se limitaron a condonar los interes de la deuda, sin revelar el monto, aplazar -otra vez- la devolución del dinero prestado; sabiendo que no van a cobrar nunca, pues el continuismo consiste, entre otras cosas, en que los acreedores anoten, lo que Cuba debe, en el hielo.

El regalo de la planta solar es una limosna que tardará cinco años en dar escasa luz; siempre que se cumpla el cronograma de obra que exige una instalación de su tipo; por tanto, la escala en Moscú se hace más necesaria que nunca para forrajear dinero fresco que alivie termoeléctricas y disminuya la dependencia flotante de Turquía.

De Argel nos llevamos el calor de pueblo y la admiración de sus dirigentes por Fidel y Raúl, contarán las enviadas especiales, también ataviadas con velos, porque hace años, que el gobierno cubano no cuenta con dos señoras expertas en Protocolo, elegancia y sobriedad; damas republicanas, una negra y la otra blanca, que enseñaban a los caballeros a combinar el cinto con los zapatos; que la elegancia femenina estaba en el uso de medias, que sombreros y mantos debía ser excepcional y la utilidad de cada tenedor y copa en banquetes oficiales.

Pero la zalamera Lis, valiente madre soltera en el latifundio machista Birán, S.A. y que luchó a Machi en versión holguinera del romance del palmar, tuvo que conformarse con la estética Made in Industrias Locales del Poder Popular, que convirtió los aretes que le faltan a la Luna en cheancias plásticas; entre otras demoliciones estéticas.

Cuesta Peraza, que tuvo la gallardía de enfrentarse a Iroel Sánchez; siendo su subordinada en Holguín, cuando el insomne CVP atacó a jóvenes creadores que colaboraban con Encuentro de la Cultura Cubana, es ya uno de los personajes más populares del tardocastrismo, a partir de su vocación de guarapo, pimienta y sal.

El presidente Miguel Díaz-Canel, obligado a la seriedad institucional, ha encontrado en su media naranja el complemento perfecto a sus pasillos casineros y otras distracciones de un señor de 60 años al que tocó bailar con la más fea; en su condición de heredero del castrismo; la mas perniciosa maldición cubana.

Aun quedan Ankara, Moscú y Pekín; donde Lis y el resto de miembros femeninas de la delegación cubana hallarán colirio en los protagonistas de sus cada vez más populares telenovelas, vía paquete; los rusos saludarán a la nueva Matrioska Caribe y los narras aplaudirán a la juguetona osita panda, llegada de la tierra con charada china; fija y corrida.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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