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Tardocastrismo y sus reguiletes

Si un gobierno-partido carece de estrategia, salvo resistir creativamente, difícilmente tendrá algo que comunicar.

Reguiletes © Bricolaje 10
Reguiletes Foto © Bricolaje 10

Este artículo es de hace 1 año

El tardocastrismo parece encantado con el descubrimiento del reguilete. sobre el que pivota una política de comunicación errónea, reactiva y que genera agravios comparativos entre periodistas estatales.

El manejo informativo del aldabonazo popular del 11J es un desacierto absoluto, agravado por las explicaciones absurdas del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez sobre "racionalidad jurídica" con menores de edad durante el fao a las mallas con Atilio Borón; ¿para qué quiere a un ministro de Justicia, a una Fiscal General y un presidente del Supremo?, que salgan y den la cara.

La rueda de prensa del canciller Bruno Rodríguez sobre la supuesta exclusión de Cuba de la Cumbre de las Américas fue un esperpento inútil, lacrimógeno e innecesario; inspirado en el viejo ombliguismo nacional, creído de que el mundo gira alrededor de Cuba y que la administración Biden se iba a tragar la avalancha migratoria, sin rechistar.

Las declaraciones del ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, asegurando que su gobierno no improvisó ante la destructiva epidemia de coronavirus fue una muestra de la psicofancia tardocastrista, que sigue sin descubrir que lo malo y pasado no se rescata, y que los políticos deben intentar hablar siempre en clave de futuro.

Los intentos consecutivos de Díaz-Canel, Rodríguez y Portal de culpar a Estados Unidos de la asfixia de cientos de cubanos por falta de oxígeno no es solo una mentira triplicada, sino que equivale a mentar la soga en casa del ahorcado y un ejercicio elocuente de desmemoria selectiva porque fueron ellos quienes promovieron la libre importación de medicinas, equipos médicos y alimentos, tras acusar a opositores y activistas de mercenarios de Estados Unidos porque proponían la apertura de canales humanitarios.

La permanente discriminación de Díaz-Canel a la prensa cubana, revela su escaso patriotismo y su erróneo afán de imitar a Fidel Castro, codiciado por periodistas de todo el mundo, incluido los norteamericanos, que no tienen el más mínimo interés en entrevistar al actual presidente.

El embullo con twitter y TikTok, al calor de una reunión con jóvenes latinoamericanos y una española, evidenció las carencias del presidente, sus asesores y el equipo ideológico del partido comunista, ignorantes que las herramientas de comunicación son efectivas cuando, previamente, existe una estrategia política eficaz y el emisor del mensaje no lo borra, al sentirse incómodo con las reacciones.

Si un gobierno-partido carece de estrategia, salvo resistir creativamente y repartir reguiletes, difícilmente tendrá algo que comunicar y las redes sociales se volverán en contra y obligará a los represores primarios a pedir a los ciudadanos que apaguen los móviles cuando un cubano pide democracia, encaramado en un muro.

La irrupción de la compañera Lis Cuesta en twitter -que la cubana Benny Chibás atribuye a un ataque de celos con la joven española Ana Hurtado; seducida y abandonada en cinco twitazzos, fue un patinazo innecesario y revelador de que la primera dama sigue sintiéndose fuera de juego, al carecer de un estatus definido que regle sus funciones; salvo el cargo de promotora de banquetes lezamianos y conciertos, en el desprestigiado Ministerio de Cultura; dedicando parte de su tiempo libre a retozar en las redes sociales y buscar dictadores para corazones solitarios de sus amigas.

La jodedora Arleen Rodríguez Derivet, que teclea con picardía, dejó caer la palabra sátira para elogiar las virtudes comunicacionales de la primera dama; sabiendo perfectamente que uno de los significados del sustantivo es lascivo/va, viniendo de aquel "ser de la mitología grecorromana, campestre y lascivo, con aspecto de hombre barbado con patas y orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo", según la Real Academia Española.

El truene de Armando Campos como director de Alma Máter fue atropello totalitario, que provocó la primera discrepancia pública entre la estatal UPEC y la dirección del gobernante partido comunista y el pasteleó de la konsomola Aylín Álvarez y el burócrata Enrique Villuendas formará parte del catálogo de la infamia universal; solo queda aguardar por una autocrítica del decapitado, al estilo de Heberto Padilla en los días luminosos y tristes del Caribe.

La separación de la cobertura presidencial del periodista Boris Fuentes, tras publicar la ocurrencia del mandatario sobre la limonada, pasando todos los filtros del ICRT, el partido comunista y la Seguridad del Estado, ha devenido en agravio comparativo, ante la tolerancia de los mismos CVPs del pensamiento con el gol en forma de acróstico "Díaz-Canel singao", que un lector colocó a Cubadebate.

Si a Franco lo defenestran por reflejar la Cuba que no tiene cabida en Granma ni en el noticiero y a Fuentes lo alejan por transmitir lo que dijo el presidente en una reunión con funcionarios; ¿porqué no se han tomado medidas con algún responsable de Cubadebate, por el comentario ofensivo y; si se han tomado porqué no se han informado?

La desproporcionada reacción del tardocastrismo a la multipremiada canción "Patria y Vida" solo contribuyó a su mayor popularidad, hasta el extremo que el presidente de Uruguay, Luis A. Lacalle Pou, la usó en la Cumbre de la Celac para desquiciar a Díaz-Canel, que picó el anzuelo, cual claria de la presa Minerva.

La credibilidad del tardocastrismo está por los suelos y lo peor es que no reacciona, sino que busca culpables en cada esquina, a quienes intentan vincular con la CIA y Estados Unidos, como si los cubanos se chuparan el dedo y no hubieran descubierto que el continuismo está vacío de contenido y; cual reguilete, gira sobre un palito con zumbidos mentirosos.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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