Mercenarios cubanos atrapados en la guerra de Ucrania: La "trampa" del pasaporte ruso

Atraídos por promesas de ciudadanía rusa, los cubanos quedan atrapados en el campo de batalla. Sin preparación adecuada, enfrentan condiciones extremas y un futuro incierto, mientras el régimen se desentiende de su suerte.

Mercenarios cubanos en Ucrania y pasaportes rusos © Alain Paparazzi Cubano - RIA Novosti / Vitali Ankov
Mercenarios cubanos en Ucrania y pasaportes rusos Foto © Alain Paparazzi Cubano - RIA Novosti / Vitali Ankov

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La invasión a gran escala de Ucrania, iniciada por Rusia en febrero de 2022, no solo ha reconfigurado la geopolítica global, sino que también ha arrastrado a ciudadanos de países lejanos, como Cuba, a un drama humano pocas veces documentado.

Reclutados con promesas de salarios altos y una rápida obtención de la ciudadanía rusa, cientos de mercenarios cubanos han terminado atrapados en una guerra brutal, sin posibilidad de escapar y enfrentando un futuro incierto.

Un reciente artículo de Politico reveló cómo estos hombres, procedentes de un país dominado por un régimen totalitario y con profundos problemas económicos, son víctimas de un sistema que los explota y descarta cuando ya no son útiles.

Las historias obtenidas reflejan no solo la dureza del conflicto, sino también la desesperación de una población que, desde Cuba, busca cualquier oportunidad para salir adelante, incluso si implica arriesgar sus vidas.

La promesa incumplida del pasaporte ruso

Para muchos cubanos, la promesa de obtener un pasaporte ruso representaba una oportunidad única de escapar de la pobreza extrema que enfrentan en su país, resaltó el prestigioso medio en su extenso artículo.

Reclutados a través de intermediarios y anuncios en redes sociales, los candidatos creían estar firmando contratos para empleos civiles en la construcción o servicios básicos. Sin embargo, al llegar a Rusia, se encontraron con un escenario completamente diferente: su destino era el frente de batalla en Ucrania.


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El pasaporte ruso, que debía ser un símbolo de libertad y nuevas oportunidades, se convirtió en una soga. Una vez que los reclutas obtenían la ciudadanía, el Kremlin los consideraba ciudadanos comunes y los movilizaba para seguir luchando, muchas veces más allá del periodo estipulado en sus contratos iniciales.

David, uno de los reclutas cubanos entrevistados por Politico, calificó esta situación como "chantaje". "Están usando la ciudadanía para atarnos", afirmó en una videollamada desde un lugar desconocido, donde se encuentra escondido tras haber huido del frente.

La realidad en el frente: "matar o morir"

El artículo detalló además cómo estos reclutas, provenientes de profesiones como maestros, carpinteros y camareros, fueron enviados al frente sin una preparación adecuada. Algunos fueron heridos de gravedad y obligados a regresar al campo de batalla antes de haber sanado por completo.

La vida en el frente no solo representa un peligro físico, sino también un deterioro mental extremo. David, quien sufrió estrés postraumático y heridas por metralla, confesó que enfrentaba cada día con la desgarradora decisión de "matar o morir", ya que no veía otra salida para proteger a su familia.

Otros, como Manuel, nunca recibieron los pasaportes rusos que les habían prometido. A su llegada a Rusia, les confiscaron sus documentos cubanos, dejándolos únicamente con identificaciones militares que los ataban aún más al control del Ministerio de Defensa ruso.

Sin opciones de fuga y temerosos de ser castigados por deserción, muchos de estos hombres optaron por rezar y depositar su fe en un poder superior, esperando un milagro que los saque de este infierno.

Reclutamiento global: una estrategia desesperada

El Kremlin ha recurrido al reclutamiento de extranjeros como una forma de cubrir las bajas masivas en el frente.

Según Politico, combatientes de países como Nepal, Ghana, Siria y Sri Lanka también han sido llevados a la guerra bajo circunstancias similares. Aunque representan una pequeña fracción del ejército ruso, su presencia es explotada políticamente por Moscú para reforzar una narrativa de "coalición internacional" contra la hegemonía estadounidense.

Para los cubanos, esta estrategia recuerda los tiempos de la Guerra Fría, cuando el gobierno de Fidel Castro enviaba tropas a África para participar en conflictos por encargo de la Unión Soviética.

Sin embargo, a diferencia de aquellas misiones ideológicas, los cubanos que hoy luchan en Ucrania lo hacen principalmente por razones económicas, buscando escapar de una vida de pobreza en la isla.

El rol de La Habana: ¿cómplice o indiferente?

En septiembre de 2023, cuando surgieron los primeros informes sobre cubanos luchando en Ucrania, el régimen cubano calificó a estos hombres como "mercenarios" y anunció procesos legales contra los supuestos reclutadores.

Sin embargo, críticos señalan que es poco probable que un régimen que controla minuciosamente los movimientos de su población no haya notado la salida masiva de jóvenes hacia Rusia.

La relación de Cuba con Rusia también añade una capa de complejidad. La Habana depende del Kremlin para suministros esenciales como petróleo crudo y trigo, lo que podría explicar su postura ambigua frente al reclutamiento.

Para mayor evidencia, en mayo de 2024, el gobernante Miguel Díaz-Canel asistió a una ceremonia en Moscú donde expresó su apoyo a la "operación militar especial" de Rusia, utilizando el eufemismo preferido de Putin para referirse a la guerra.

Historias de sufrimiento y muerte

El drama humano detrás de estas historias es devastador. Muchos reclutas han muerto en combate, dejando a sus familias en Cuba con preguntas sin respuesta y un dolor inconmensurable.

En algunos casos, sus cuerpos ni siquiera han sido repatriados, y los familiares han tenido que asumir los costos de los funerales en Rusia. Otros simplemente desaparecen, dejando a sus seres queridos en un limbo emocional.

Un caso destacado es el de Denis Frank Pacheco Rubio, un recluta cubano que murió en un asalto en Siversk, al norte de Donetsk, cuatro meses después de que su contrato debió haber terminado. Su familia aún no ha recibido noticias sobre sus restos, enfrentando un vacío que parece interminable.

"Una salida de aquí"

Para los pocos que han logrado huir del frente, el camino tampoco es fácil. Sin documentos y temerosos tanto de las represalias rusas como de las cubanas, viven escondidos, buscando una manera de escapar.

Jorge, otro recluta entrevistado por Politico, expresó que escuchar historias de fugas exitosas le da esperanza, pero también es consciente de los riesgos: quienes son capturados enfrentan castigos severos, desde la deserción hasta ser enviados a posiciones de alto riesgo como castigo.

En medio de este panorama, la noticia de cada fuga es un pequeño rayo de esperanza para quienes permanecen atrapados. Pero para la mayoría, la única opción parece ser esperar y rezar para que algún día puedan regresar como hombres libres.

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Redacción de CiberCuba

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